
Bienvenidos sean a una reseña más en este lugar de risas y plástico feliz. Como ya es prácticamente un hecho que de ahora en adelante, por cuestiones de trabajo, tendré que pasar el TFdlS a los días martes de casa semana, ya ni perdón pido por el retraso. Si llevan la cuenta, el turno es para los villanos en esta ocasión, por lo que rápidamente salta un Predacon malvado, venenoso y ágil. Es pequeño, viscoso y sus toxinas son capaces de doblegar al Maximal más rudo. De un salto es capaz de llegar a la cima (de una piedra). Él es... ¡Spittor Beast Wars!
Ya en una reseña anterior aclaramos que onda con la saga Beast Wars. Como recordarán (de no hacerlo, es probable que no lo haya comentado), los Decepticons se convirtieron en Predacons para esta línea de tiempo, tomando la forma de animales, en su mayoría ‘peligrosos’, ‘depredadores’ y ‘letales’. Y aunque existen excepciones para esta regla, la mayoría trata de compensar su falta de colmillos o veneno con algún elemento ‘villanesco’. Spittor, un guerrero de la causa maligna, sí se apega al canon y su modo alterno es el de un sapo venenoso.

Si algo tiene la línea Beast Wars es el afán clarísimo de convertir a cada animal del arca de Noé en una amenaza robótica. En el caso de Spittor, se hace un buen trabajo, aunque si consideramos que un batracio no tiene el tamaño real suficiente para enfrentarse a un Maximal enemigo que para propósitos de esta comparación es, digamos, un rinoceronte o un gorila. Para acabar pronto: en mi lista de animales de los que debes correr, no está ninguno que pertenezca a esta familia. Bueno, tal vez la rana toro mexicana de mirada fija del sur de Sri Lanka.

La anatomía del animal no tiene peros si la ves desde la parte superior. La textura del plástico le da esa viscosidad aparente de los sapos, pero en realidad se trata de plástico traslúcido rígido un tanto oscuro. El remate de realismo se lo dan las manchas en tono naranja brillante que cubren casi toda la parte superior. Y que quede claro que con ‘realismo’ me refiero a la ‘realidad’ de una rana de pecera que posaría junto a la ostra con perla y el barco pirata hundido.




Para transformar a Spittor requieres cinco cosas: cinco segundos consecutivos. Como sucede con todas las figuras de gama básica en BW, la transformación, además de sencilla, revela (la mayoría de las veces) un robot simple y sin mucho atractivo. Doblas la cabeza del sapo hacia abajo para obtener la cabeza, las extremidades traseras del batracio se doblan para quedar ‘semiocultas’ en la parte trasera del robor, mientras que las delanteras forman los brazos. En la parte inferior del sapito están las piernas del guerrero. Y ya.

Lo que ves arriba es la transformación ‘oficial’ de Spittor, es decir, la que viene en el manual. El problema con esta postura radica en que a pesar de que doblas las patas traseras para que queden en la espalda, estas quedan lo suficientemente expuestas como para confundirse con los brazos. El rostro no parece el de un robot y esto se debe en gran medida a los colores. No se ve mal, pero creo que un toque más robótico habría quedado mejor.

Las patas que emulan a las de un batracio real permiten obtener la vertical. La cosa se complica cuando las ball joints que sirven como articulaciones se desgastan como el tiempo y el robot parece más una marioneta que se niega a permanecer de pie. Por fortuna, el centro de gravedad de Spittor es benevolente y te deja contrarrestar cualquier problema que atente con el equilibrio. Abajo, muestro una postura alternativa, que aunque no tiene sentido, me agrada más que la oficial.


Como sea que la coloques, la figura no te brindará momentos memorables en lo que a lógica robótica se refiere. Al no poseer un arma tal cual, no hay ningún elemento que la remita al universo Transformer. Incluso para ser un Beast Wars, es más animal que robot. Cuando activas el interruptor en este modo, el cuello es estira un poco para aumentar su altura. No se ve más robótico, pero si luce un poco menos orgánico.


Spittor posee un agradable modo alterno, cuyo trabajo de colores, aunque no es precisamente realista, si le da el sustento necesario a la personalidad venenosa del personaje. Prácticamente desde cualquier punto de vista se ve justo como el animal al que intenta emular. Por desgracia, el cascarón del animal no alberga a un robot llamativo o divertido para transformar. Sin duda obtendrás buenas poses si juegas un poco con las extremidades, pero ninguna de ellas en particular grita ‘¡yo soy un Transformer!’ Un cañón de plasma o algunos detalles metálicos le habrían dado una mejor apariencia. Será bueno para incrementar el número de soldados Predacons en tu colección, pero sólo eso.
Costo actual MIC: entre 10 y 20 dólares
Costo actual loose: entre 5 y 15 dólares (a mi me costó aproximadamente 2 dólares dentro de un lote)
Modo alterno: 8.5
Modo robot: 7.0
Overall: 7.5
Fantástico el audio de Frogger, bien por la rana, saludos.
ResponderEliminarque bicho feo..... Solo puedo envidiar la facilidad que tienes para hacer una buena review de el. Y el video!!! Como haces para elegir los temas?
ResponderEliminar@Mnka: Efectivamente. Creo que es uno de tus favoritos, no?
ResponderEliminar@Andres: la verdad, pongo la primera rola que se me ocurre. Casi siempre es por asociación. Gracias por los comentarios.