
Es triste, pues a pesar de que mes tras mes hacíamos lo posible por ofrecer los mejores cítricos para jugos, las personas responsables de la distribución permitían que el producto se quedara en las bodegas y se echara a perder. Por ende, los responsables de las ventas decían que no podían hacer lo propio, pues el producto no era requerido por los fabricantes de jugos.
Cada mes, cuando terminaba el reporte fiscal mensual de estadística y contenidos en hoja carta envuelto en sobre oficio de papel manila, me sentía orgulloso, pues el equipo con el cual trabajé (que se convirtió en mi segunda familia durante 4 años exactos) en verdad, hacía hasta lo imposible por que ese reporte fuera lo más completo posible para darle la información necesaria a los supervisores y consumidores.
Se hicieron sacrificios muy grandes y se vencieron obstáculos inimaginables con tal de cumplir con el trabajo, pero a veces, el futuro profesional no depende del papel manila o del jugo de los cítricos. Depende de mil y un factores fuera de nuestro alcance.
Es difícil no sentir 'algo' negativo cuando suceden cosas como éstas, pero son justo estos momentos los que moldean la vida profesional de las personas.
Voy a extrañar los cítricos. Y sobre todo, extrañaré al equipo con el cuál trabajé. El estante de los jugos nunca será el mismo ahora que nuestros cítricos dejarán de procesarse. Sí, habrá docenas de marcas que intenten ofrecer algo similar. Pero ninguno podrá compararse a la trayectoria, experiencia y sabor de los nuestros. Nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario