De lo que están hechos los sueños

Hoy fue un gran día para el pequeño nerd que vive en mi. No voy a detallar como tuve que trasladarme desde Polanco hasta Ermita Iztapalapa y la Viga bajo el destructivo sol que se carga esta ciudad para recoger este paquete en una oficina postal. No, no lo haré por una sencilla razón: incluso viajar hasta San Juan de la Chingada habría valido la pena con tal de tener entre mis manos este paquetito. Hoy, después de 25 años, logré cumplir un sueño de mi niñez...

Hace casi dos semanas, le entré a una subasta en ebay. Era una subasta peculiar, ya que además del objeto por el que pujabas (...aplica para ambos contextos) el vendedor te “obsequiaba” algo más. Pues bien, gané la subasta a un precio bastante razonable. ¿Qué obtuve? Un TF Binaltech de esos difíciles de conseguir que, cabe señalar, está poca madre. Y el “regalo”... nada más y nada menos que el primer Transformer que vi en mi vida. El que siempre quise y nunca tuve. El primerito, el que sembró en mi la semilla del fanatismo irracional por los robots transformables, mi primer gadget/objeto de deseo: Shockwave G1.

—Karolain (con K), mi ferviente admiradora, nos presenta, además de mi nuevo apodo en la oficina, los dos TF que venían en el paquete: Shockwave Binaltech y Shockwave G1 (#83 y #84)—

La figura en cuestión tiene sus detalles, pero todo es complemento de su cualidad vintage. Es original de 1983, el año en el que la vi por primera vez y la tengo entre mis manos, por fin!!!

El amigo Lex vino y con delicadeza, olfateo la figura (algo que curiosamente hago con las nuevas, pero no con las viejas —figuras—). “Sí, huele a guardadita”, comentó. Para mi, huele a la cosa con la que están hechos los sueños.

Soy el niño de 30 más feliz del mundo.