27 de junio de 2009

Sí, mi favorita es la primera, ¿y qué pedo?

No pensaba sufrir un segundo éxodo onda Die Hard with a Vengeance (leer más aquí), así que decidí comprar la colección completa y dejarme de sesiones busca tesoros en todos los Mixups. Desde la semana pasada, vi que en varias de las mencionadas tiendas, vendían sueltas algunas de las películas de Star Trek. Después de dar el rol por varias de ellas (y Sanborns, Sears y Palacio...) ubiqué todas, menos la I y la V. No sé si era porque volaban de los estantes o porque simplemente no estaban disponibles, pero no pensaba adquirirlas para luego estar cazando las faltantes. Así llegó Star Trek: Original Motion Picture Collection a casa.

Ok, después del sabor de boca “sí, como sea...” que me dejó la más reciente Star Trek, recordé los domingos de verano cuando en mi casa rentaban las películas de Spock y Kirk y mi madre invitaba a su mejor amiga del edificio donde vivíamos. Ella llevaba rosetas de maíz de colores y sabores variados y sus hijas asistían a la matiné. Si no mal recuerdo, vi desde la primera hasta la cuarta (década 1980). De todas, la que mejor impresión dejó en mi fue sin duda Star Trek: The Motion Picture (42 de 50). Hace un par de años pasaron varias de ellas en un Cine Permanencia Voluntaria del 5 y recordé lo mucho que me gustó cuando la vi por primera vez. Para mi, tiene uno de los plot twists más chingones de la historia del cine de ciencia ficción y al no ser fanático de la serie (si vi 10 capítulos en las repeticiones del canal 4, fue mucho), no me molestó (y siendo honestos, tampoco me importó) que los quesque fans la consideran una de las ‘malas’.

Un día de estos me voy a chutar el maratón con Red y decidir si en verdad hay otras mejores que la I (sigo pensando que The Wrath of Khan está sobrevaluada, pero verla con ojos de treintañero podría cambiar la situación). Por lo pronto ya están aquí y eso es lo importante.

Consejo: si la quieren, cómprenla en eBay o su tienda gringa online de confianza, o tal vez en su bazar más cercano. Cada película suelta cuesta en Mixup 300 pesotes (y como comenté, no están todas). Dicen que van a tener la colección pronto, a un precio de... 1,900 pesos. Casi el triple de su costo original. Advertidos están.
¿Quieres saber más?

24 de junio de 2009

Idea Suelta: Todo empezó con un sobre...

Justo ahora, recordando momentos de la infancia con los panas del trabajo, llegaron a mi mente cientos de imágenes en las que me veo comprando estampitas para algún álbum infantil. Ahora que lo pienso, siempre he coleccionado cosas. Por el momento son Transformers y Blu–rays, pero en otro tiempo fueron envolturas de dulces, Pepsilindros o tarjetas de Superhéroes Marvel. Durante la conversación, alguien recordó los álbumes ochenteros que fueron populares durante la primaria. Haciendo un poco de memoria, puedo ubicar el momento exacto en el que inició mi hábito coleccionista: fue el primer día de clases de primero de primaria (Escuela Maria Curie Sklodowska, para los que tuvieran la duda). Una tía pasó por nosotros a la hora de la salida y justo enfrente había (o hay) una tiendita. El caso es que había un buen de escuincles aperrados comprando en ella, pero no Chaparritas o Gansitos, compraban sobres con estampas para un álbum.

Efectivamente, el álbum en cuestión era el de la foto: Colección Mundo Mágico de la Naturaleza. Encarnaciones del mismo han existido durante generaciones, pero este es el que le tocó a la mía. En ese entonces, mis padres no me daban dinero para comprar chucherías (me preparaban lonche), así que lo único que traía eran los pocos pesos que me sobraban del 'domingo'. Al ver la euforia que causaba a la gente comprar los sobres con cromos, me contagié y adquirí uno (no me alcanzó para más). Ni el álbum tenía, pero ya había comprado un sobre. Nunca voy a olvidar las primeras tres estampitas, que de una u otra manera, iniciaron con mi hábito coleccionista:

—Esquina inferior izquierda: el esturión—

—Esquina superior izquierda: la rosa—

—Parte media inferior: el lobo—

Por supuesto, esa misma tarde pedí dinero, y a partir de entonces, en vez de ‘domingos’ me dieron ‘gasto’, una cantidad que yo tenía que administrar para los gastos diarios que pudiera tener un estudiante de educación primaria (golosinas y tonterías). Eran 100 pesos diarios. Para dimensionar un poco: un Orange Crush costaba 30 pesos, hoy en día cuesta 5 pesos (como medio dólar). Con ese dinero, podía comprarme una soda, una golosina pequeña y como 4 o 5 sobres con estampas. Claro que al siguiente día, nada de bebidas o dulces, sólo el álbum y los sobres.

A partir de ese momento, en cada año escolar, como mínimo, coleccioné dos álbumes. Después de ese, siguieron....

—...el del mundial de fútbol México 1986 (y nunca me ha gustado el fútbol)...—

—...por supuesto el de Transformers, patrocinado por Mundet...—

...y varias docenas más. Entre ellos unos no muy masculinos (que varios compañeros de la oficina también coleccionaron):

—De este coleccioné dos, uno para mi y otro para una maestra que me gustaba—
—Para este no tengo ninguna excusa. Es más, tengo la canción del intro de la caricatura y el remix de Freezepop en el iPod—

Y no podían faltar aquellos de los dibujos animados del momento:




En la secundaria, dejé de coleccionar álbumes. No era bien visto y era meritorio de burlas y madrizas. El salto obvio era a las tarjetas coleccionables (muy varonil) de basquet, americano o supehéroes. Pero eso ya será tema de otro post. ¿Quieres saber más?

20 de junio de 2009

Mega Reseña: Transformers: Revenge of the Fallen

No soy partidario de ‘reseñar’ películas. A menos de que se trate de un verdadero experto en cine (con credenciales suficientes), por lo regular, las reseñas terminan siendo párrafos interminables yadda yadda dedicados al autoelogio y al final no pasan de ejercicios pretenciosos que no convencen a nadie. Pero, como fanático declarado de Transformers, experto con credenciales en la materia y asiduo expectador de cintas de ciencia ficción y acción, es mi deber moral hacer lo propio con Transformers: Revenge of the Fallen, sin lugar a duda, una de las tres películas más esperadas de este año (la primera ya se estrenó y la otra ya no tarda). Fui invitado a la función para Prensa hoy sábado, tres días antes del estreno oficial. Después del salto encontrarán mi completísima y detallada opinión (por no decir larguísima) acerca del filme -por supuesto, con una carga abundante de spoilers (los necesarios solamente)- y más de una docena de datos de trivia y banalidades TF para la charla caminera con los amigos. Si (como yo) no eres partidario(a) de conocer detalles críticos sobre una película antes de verla, mejor espera al estreno y después podrás entrar sin temor. Si lo que buscas es una respuesta inmediata a la eterna pregunta cinematográfica “¿Vale la pena?”, te ahorro visitas a otros espacios y termino con tu incertidumbre respondiendo ahora: Sí, vale la pena. Con la advertencia sobre la mesa, pasemos a lo importante. Como diría Prime, “¡Let’s roll!”

Terminator 2, Karate Kid 2, The Dark Knight, Superman II, Gremlins 2: The New Batch, Rocky II y Spider-Man 2 tienen algo en común: fueron secuelas que contra todas las expectativas, no decepcionaron al público (por lo menos a la inmensa mayoría) y en cierto modo, superaron a su antecesora de uno u otro modo. Transformers fue un excelente inicio para llevar al terreno live action una de las propiedades intelectuales más lucrativas de la historia. Desde 1984, la marca ha generado para Hasbro en todo el mundo, miles de millones de dólares gracias a las interminables líneas de juguetes (díganmelo a mi). Con el éxito de la primera cinta (poco más de 700 millones de dólares en taquilla a nivel mundial), la secuela era prácticamente un compromiso firmado con los asistentes que quedaron satisfechos.

Dos años después, llega Transformers: Revenge of the Fallen con toda la intención de superar a su antecesora al incrementar (en ocasiones, de manera exponencial) todos los elementos que llenaron de éxito al primer intento. La historia inicia, justamente dos años después de los acontecimientos de Transformers. Sam Witwicky (Shia LaBeouf) está iniciando su vida como universitario, dejando los eventos alienígenas de lado en un intento por continuar con su vida ‘normal’, en el campus donde estudiará los próximos años. Su relación con Mikaela Banes (Megan Fox) es más estable que nunca y a pesar de la distancia que los separará, se prometen (sin decirlo) amor eterno y lujurioso para el futuro venidero.

En paralelo, los Autobots también maduraron su relación con los terrícolas. Ahora, forman parte de un grupo de choque militar llamado NEST que conjuga los mejores elementos de ambas civilizaciones para detener a los Decepticons renegados que todavía se ocultan en diferentes puntos del globo. La relación es fructífera, pues han logrado detener a varios villanos, manteniendo al mínimo su exposición ante el mundo y salvando vidas humanas como consecuencia. La situación llega a un punto de tensión cuando, después de un llamativo e intenso conflicto en Shanghai, un Decepticon de forma ominosa, advierte sobre el inminente regreso de The Fallen. A la par, el gobierno de Estados Unidos comienza a pedir cuentas claras sobre la información que se tiene respecto a la necesidad de los Decepticons de permanecer en la Tierra después de la muerte de su líder Megatron y la destrucción del Allspark. La conclusión humana: los malos permanecen porque quieren vengarse de los buenos. Luego entonces, si los buenos se van, los malos también.

Optimus Prime (de nuevo con la voz legendaria de Peter Cullen) intenta convencerlos de que hay algo más, oculto entre las acciones de los Decepticons, y ello obliga a los Autobots a permanecer en nuestro planeta a pesar del deseo de los altos mandos estadounidenses de que dejen la Tierra pacíficamente para poder continuar con la vida humana ordinaria. El líder de los chicos buenos, trata de convencer a Sam de ayudarlo para hacer entrar en razón a los humanos ante la peligrosidad de dejar desprotegido el mundo una vez más. Como buen adolescente, Sam prefiere no intervenir y continuar con sus actividades mundanas de estudiante. Lo que ninguno de ellos sabe es que absolutamente todos son vigilados constantemente por un grupo de Decepticons bien organizado que busca algo en posesión de Sam Witwicky, y harán todo lo que sea necesario para conseguirlo.

En resumen, este es el núcleo desde el cual se dispara la secuela RotF. Y antes de continuar con el análisis a profundidad, debo hacer una aclaración. Resulta muy complicado analizar de manera objetiva una cinta cuando eres fanático declarado del producto en torno al cual gira la misma. Lo acepto. Bajo ese entendido, también quiero decir que a pesar de ello, se diferenciar perfectamente cuando habla el fan en mi, cuando lo hace el crítico y el momento cuando interviene el espectador promedio. Con eso en mente, seguimos...

Me queda clarísimo que la prerrogativa de Michael Bay y los productores de RotF era ‘dar más de todo lo que gustó’. Este sentimiento pulula a lo largo de las casi dos horas y media que dura la cinta. En teoría, esta acción que pudiera parece bienintencionada, afecta en niveles muy básicos al producto final.

El afán de Dreamworks por crear ‘yet another summer blockbuster’, permitió a Bay y a su dupla de escritores tomarse un sinfín de libertades que poco a poco, estiran, desgastan y casi -un casi muy breve- colapsan todo el filme. Para entender mejor mi punto, desmenuzaremos los tres problemas principales:

a) A la gente y a los fans les gustaron los robots, ¡hay que meter más!: Wow, de entrada, esto suena como un favor que todos pediríamos si se nos preguntara. El problema es que no estamos hablando de una serie televisiva o una trilogía planeada como Lord of the Rings, en la cual te sobra tiempo para presentar y explorar las motivaciones de cada uno de los personajes. Y, bajo el entendido de que los protagonistas no son los autómatas metálicos gigantes, el tiempo en pantalla es todavía menor. Intentar meter poco más de 40 Transformers en pantalla causa un grave y predecible problema: simplemente no hay tiempo para que todos tengan un espacio digno. En la primera cinta hay dos momentos claves que explican a los expectadores (fanáticos o casuales por igual) quiénes son y que desean los robots alienígenas: 1) cuando Prime y sus compañeros asimilan sus formas terrícolas y se presentan ante Sam y Mikaela, y 2) cuando Frenzy notifica que encontró a Megatron, cada uno de los secuaces se presenta brevemente y declara su entendimiento de la misión (momento inolvidable, gracias al capricho de Bay de llamarle Devastator a Brawl, hecho que regresó para rendir cuentas en RotF).

Los dos momentos mencionados son muy breves, pero sirven perfectamente para presentar a los robots que en unos cuantos minutos comenzarán a romperse la madre. Sabes que Ironhide es el chico rudo, Jazz es fue el intrépido y por supuesto, reconoces las motivaciones del líder. De igual forma, con los Decepticons, sabes que les gusta el poder (todos tienen como modos alternos, vehículos de guerra, con potencial destructivo o que representan una figura con autoridad). Esos segundos bastan para que cualquiera entienda que los robots no son sólo piezas de ataque genéricas como en Star Wars o Terminator. Estos muchachos (y ahora, muchachas) tienen personalidades individuales y en muchos casos, muy bien definidas por sus motivaciones personales. Desde la cinta pasada ya sabíamos que Megatron es despiadado, Starscream es corrupto y Optimus Prime es mejor héroe que cualquier superhéroe que haya puesto su cara frente a la pantalla, simplemente porque es incorruptible, leal y libre de ataques ególatras. Pero, ¿y los demás?

A pesar de que los últimos seis meses traté de mantenerme libre de spoilers al no ver trailers, visitar sitios con noticias y hasta dejar de lado figuras para no mermar la experiencia, ya sabía que varios personajes importantes aparecerecerían en RotF. Algunos de ellos tuvieron un digno, aunque breve, momento estelar. Pero la gran mayoría simplemente hizo acto de presencia para aglutinar la sensación de ‘conflicto’ que se vive en la tierra. Doy tres ejemplos (y no porque me falten) del uso deficiente de los personajes:
1) Devastator: probablemente una de las apariciones más esperadas desde que se conoció su inmimente participación en la secuela. Uno de los Transformers G1 más recordados por la peculiaridad de ser un Gestalt/Combiner (un robot gigante formado por varios más pequeños) era uno de los elementos más esperados para RotF. Para ser totalmente honestos, su aparición es increíblemente apantallante. Pero, digamos que... si esperas un enfrentamiento como los vistos en la serie animada, simplemente quedarás decepcionado. Su aparición tiene un fin, que cumplirá al pie de la letra. Pero no esperes más porque no habrá más.


2) Sideswipe: los que leen este blog lo sabrán, Ss es uno de mis personajes favoritos y saber de su aparición (a pesar de no respetar el canon y ser un Corvette de nueva generación en vez de un Lamborghini) fue muy emocionante. Sideswipe tiene una aparición notoria muy breve, pero sustanciosa, llena de acción e incluso emitirá una de sus frases características. Pero, en lo que a mi (o cualquier otro mortal) respecta, pudo haber sido cualquier otro Autobot. Todas las cosas ‘cool’ que hacen a Sideswipe Sideswipe, pues no aparecen: su actitud arrogante, valentonada, además de ser uno de los pocos Autobots con la capacidad de volar, son completamente ignoradas por el filme.

3) Jetfire: el famosísimo -entre los fans- Transformer converso (polémico por su ‘origen Macross’) aparecería con un modo alterno sublime: la nave espía/combate Blackbird, motivo de millares de afiches ochenteros y fantasía masturbatoria de muchos desde que vieron D.A.R.Y.L. Los momentos previos a su aparición crean una expectativa que simplemente no llena e incluso podría molestar a muchos con el torpe, y hasta ofensivo, tono que se le da al personaje.

b) A la gente y a los fans les gustó la comedia, ¡hay que meter más situaciones cómicas!: la primera cinta se quedó a medio centímetro del exceso de situaciones cómicas forzadas. Para nada soy un amargado (me fascina la buena comedia) y por supuesto que disfruto una situación cómica en medio de un festín de balas o una frase ingeniosa justo antes de un enfrentamiento entre titanes. Puedo decir cabalmente que Transformers tuvo la cantidad copeteada de comicidad suficiente para mi, pero otros dos chistes del agente Simmons (John Turturro) o una dosis más de los padres de Sam, realmente hubieran tenido el efecto Spidey 3 en TF.

Por desgracia para RotF, le subieron más de cinco rayitas a la comedia y por instantes, parece incluso una parodia de la primera. Hay tantas, pero tantas cosas excesivas y fuera de lugar que no sabría por dónde empezar. Sam es lo suficientemente ‘graciosito’ de manera involuntaria como para soportar sobre sus hombros la carga del personaje cómico/trágico. Al parecer, Michael Bay no lo vio así y por ello tenemos más de un tercio de película (si mis cálculos no me fallan) con situaciones ‘graciosas’, muchas de ellas alargan innecesariamente la película. Dicho tiempo se pudo emplear para darle la importancia merecida a los robots. Recordemos que la película se llama Transformers y no ‘Las aventuras del simpático Sam’ o ‘Junkie Mom Witwicky’.

Por increíble que parezca, la aparición de Turturro en esta ocasión no satura y comparada a la comedia/pastelazo de los padres de Sam, su comicidad hasta parece sobria y elegante. Y por si no faltaran los excesos, ahora cualquier robot es comediante. La película sufre del silencio involuntario de los que deberían hablar más (robots importantes) y por alguna bizarra intevención Jar Jar Binksesca, los robots que hablan, lo hacen para hacer comentarios ‘cagaditos’, llenos de ‘niggaslang’ que al parecer, son tremendamente exitosos con el coeficiente intelectual subnormal de los periodistas de cine en nuestro país (no me incluyo porque no soy periodista. Por fortuna, yo sí estudié una carrera de verdad).

No bromeo (sin pun): entre los Twins Autobots, Wheelie, Bumblebee (en ocasiones), Jetfire, los papás de Sam, Leo (el nuevo ‘pana’ de Sam) y el maestro de Astronomía de la facultad, podrían tener un Sitcom con capítulo semanal para una temportada completa con el material generado en RotF. No está mal que haya chistes, pero finalmente, no olvidemos que se trata de una película de acción y no una comedia.

3) A la gente y a los fans les encantó Megan Fox, ¡traigan más sorority bitches!: era de esperarse que Megan Fox tendría, si no una mayor cantidad de tiempo en pantalla que en la película anterior, por lo menos, una cantidad muy similar, llena de poses sugerentes, vestidos cortos y escotes con bouncing knockers. Por favor, que levante la mano el que no quiera ver a Megan Fox así. Eso pensé. Yo también disfruto de verla en pantalla (y vaya que se ve super cachonda). Pero en esta ocasión los bodyshots están a dos tomas de convertirse en un clip de Busty and Greased She-Monkeys. Y por si fuera poco hay una escena completa, atascada de universitarias calenturientas en ropita diminuta que pretenden tentar al inocente Sam. Ya como postre, un excesivo tributo a Species/Terminator 3 que a más de uno dejaron con cara de "¿huh?".

Al igual que el punto anterior, la excesiva importancia que se le da a la comedia y al sexo, al final, desequilibran el ya endeble balance de una película que, hasta donde yo se, debería tener el más alto porcentaje de acción. Después de los rants inevitables, pasamos a la crítica global de la cinta. ¿Como se equipara RoTF contra su predecesora? Al final, sale bien parada pero no sin sus buenos golpes.

Michael Bay es un manual viviente de ‘cómo se debe hacer una película de acción’. Entiende perfectamente el ritmo que se debe mantener durante las secuencias de acción para tener al público interesado. Por desgracia, este talento poco a poco, después de ver todas y cada una de sus cintas, comienza a mostrar el defecto que contrarresta el efecto: predictibilidad. La explicación es muy simple: con cada cinta, Bay se rinde más y más ante la propia fórmula que creó, dejando de hacer productos unitarios y convirtiendo sus cintas en otra BayMovie. Al igual que a todos los directores que dejan de ser virtuosos para convertirse en adjetivos a merced de sus propias obras (las películas ‘tarantinescas’ llenas de referencias Pop y temporalidad fragmentada, el entendimiento quirky ‘woodyallenesco’ del sexo y la estética ‘Timburtoniana’ dark que entona historias de padres/hijos y superhéroes por igual), la fórmula Bay resulta tan familiar, que incluso confundirá a las nuevas generaciones en un momento de distracción.

“¿La escena esa de las destrucción de París era Armaggedon?”, “¿Qué me dices de la escena de la persecución sobre las calles empinadas del coche amarillo en The Rock?”, “¿Y qué hay con la aparatosa destrucción de los barcos militares de Pearl Harbor?”. Espera un momento, ¡Todas esas escenas son de Transformers: Revenge of the Fallen!. “¿Seguro?”. Una conversación así en un par de años me resulta más que creíble y probable. Y no es culpa de la falta de memoria, es culpa de la repetitiva fórmula de acción Bay. A medida que la acción se agudiza, la marcha orquestal aumenta el tempo y escenas de assembling militar con cortes rápidos abundan. Agrega disparos, explosiones, efecto ensordecedor, cámara lenta y ¡voila! La BayMovie está lista. Ah sí, agrega unos robots y tienes Transformers.

Entonces, ¿RotF es mala? Para nada.

Tan sólo este año, RotF pateará el azuloso trasero del Dr. Manhattan en taquilla, cortará el césped con las garras de Wolverine en tiempo de exhibición y sin duda, aplicará la Blitzkrieg Borg a toda la tripulación del Enterprise en todo el mundo (excepto tal vez, en Estados Unidos) en lo que a mercadotecnia y promoción se refiere. Tal vez no pueda contra la magia de Potter, pero de que será un trancazo en taquilla lo será. ¿Por qué?

(cedo la PC al fan...)

¡Porque es una muy buena película de acción! A pesar de todas las quejas que escucharás y leerás en los próximos días (incluidas las de los párrafos anteriores), en el overall, RotF es un madrazo transformable lleno de emoción y momentos memorables que nadie se querrá perder. Tiene efectos visuales de primer nivel, un score monumental, secuencias de acción emocionantes y una historia, que a pesar de algunas inconsistencias, dejará con una buena impresión a los asistentes. Es muy probable que el cinéfilo promedio incluso declare un gusto mayor por la primera película, pero nadie podrá negar que esta cinta es una excelente cinta de ciencia ficción/acción que deja en el olvido lo visto este año hasta el momento.

Para los fans (aquellos que gustamos de la primera) hay tanto para disfrutar en ésta, que enumerar las cosas que me gustaron tomaría todavía más espacio. Con esta película, entiendo un poco más a los fanáticos de Star Trek que disfrutaron la última entrega. Al igual que con la cinta antes mencionada, si eres un simple mortal, encontrarás una agradable cinta de acción con los elementos adecuados para pasar un buen rato. Pero, si eres fan de los robots transformables, toda la metainformación, las escenas de acción, las apariciones inesperadas, e incluso las esperadas, provocarán gritos de emoción (yo lo hice en más de una ocasión y me valió madres).

Hay tantas referencias a las historia Transformer en el subtexto que igual sería tema de otro post enumerarlas. De entrada, menciono algunas:

-Hay un clarísimo plot thickener que hace referencia a Transformers: The Movie (1986). Casi lloro y no me da pena aceptarlo.
-El homage al Megatron G2, aunque breve, fue bien visto por un servidor.
-La conocida y controversial participación de Transformers femeninos en las series fue tratada de una manera más elegante.
-El origen y afiliación de Jetfire se apega bastante al origen planteado por la serie animada.
-Ravage es igual de maldito y salvaje que en todas sus encarnaciones previas.
-Soundwave cumple al pie de la letra su función y no deja mal parado su puesto dentro de la jerarquía Decepticon.
-El energon es incluido ya dentro de la mitología fílmica. Y con un poco de suerte, la gente comenzará a pronunciarlo correctamente.
-Starscream es, sin discusión, la única constante en todos los universos paralelos TF.
-Igual que en la primera cinta, la palabra Transformer sólo se menciona una vez.
-En uno de los momentos climáticos al final de la película ocurre un poderoso momento que recuerda no sólo TF Armada, Cybertron y Energon y los juguetes de estas líneas. También recuerda un momento clave en el triepisodio More Than Meets the Eye, el cual dio inicio a la serie animada en TV.

En conclusión
A pesar de todas las quejas que con certeza rodearán a la película (el exceso de humor, la onerosa cantidad de robots, la carga sexual hormonal), las cosas que hace bien superan a los errores y como consecuencia, tenemos una muy buena cinta de acción, llena de momentos emocionantes. Por molestos que resulten algunos de los personajes, al final, todos tienen una justificación dentro de la historia. Al igual que cualquier película de nicho, los fanáticos encontrarán mucho contenido bienvenido que funciona a muchos niveles y por ello, Transformers: Revenge of the Fallen se puede considerar un éxito. En lo que a secuelas se refiere, de ninguna manera RotF es The Dark Knight para Transformers. Eso que quede bien claro.

El momento en el que Optimus Prime se transforma y habla por primera vez en la primera cinta, me hizo (y todavía lo hace) saltar, aplaudir y gritar de emoción -igual que el “Use the Force, Luke!”-. Si bien esta experiencia no se repite con la misma intensidad en RotF, hay varios momentos en los que sí salté y grité, sin aplausos. Eso tiene que ser una señal de que aunque el impacto de la primera fue inigualable, la segunda tiene el energon suficiente como para emocionar a los terrícolas de cualquier lugar del mundo. Y si una película logra eso, vale la pena verla.
¿Quieres saber más?

Acabo de salir de la funcion para prensa de Transformers RotF y...

...hay una marcha lesbico/gay (con otro tipo de transformables) y no se puede salir a Reforma. Llegando a casa, despues del desayuno, haré lo inesperado: una reseña. Stay tuned. ¿Quieres saber más?

17 de junio de 2009

Revenge of the Fallen: Presentación Oficial de la línea de juguetes

Hoy en la mañana asistí al evento al cual fui invitado la semana pasada. A pesar de que los juguetes RotF ya están disponibles en muchas de las tiendas más importantes, Hasbro presentó una atractiva promoción para el lanzamiento de las figuras en la tienda departamental Liverpool. Cada vez que adquieras 200 pesos (como 15 dólares) en productos Transformers, tendrás el derecho de registrar tu tickete de compra via SMS para participar en un sorteo donde habrá miles de premios, entre ellos, juguetes, parafernalia relacionada a la película, laptops y televisores HD. Un buen pretexto para acudir a dichas tiendas y hacerse de muchas, pero muchas figuras. Además, tuve la oportunidad de tomarme (y que me tomaran) unas fotos con los modelos gigantes de Prime y Bumblebee que aquí aparecen. Éstas rondarán diferentes tiendas para complementar el apoyo mercadotécnico que Liverpool le dará a la promoción.

Sobre los juguetes, ninguna novedad escalofriante. A diferencia de hace dos años, cuando semanas antes del estreno de la película ya se podían conseguir prácticamente todos los personajes en los almacenes, el approach antispoiler de Hasbro mantiene a línea las sorpresas, lanzando únicamente las figuras del Wave 1 por el momento. No hubo noticias sobre las oleadas subsecuentes, pero me imagino que serán en fechas muy cercanas a los lanzamientos estadounidenses (días después del estreno de la película).

Y bueno, las siempre amables personas de Hasbro nos obsequiaron otro cubito, pero en esta ocasión era unas 10 veces más grandes que el anterior:

¿Qué podrá ser lo que aloja en su interior? La respuesta después del brinco...

Efectivamente, una figura RotF.

-Megatron Revenge of the Fallen Leader (#424). Y pensar que lo vi el domingo pasado y estuve a punto de comprarlo...-

Mi tercer figura RoTF. No se si en las cajas de los otros asistentes también estaba disponible Optimus Prime, pero de ser así, tuve suerte al obtener a Megs (OP no me convenció del todo). De hecho, hay muchas figuras que no planeo adquirir (como el Starscrem Voyager o Ironhide Voyager), pero el Bumblebee Voyager que viene en el kit con Sam está de lujo (y cuesta como 90 dólares por acá, ouch).

Como podrán notar, había una pequeña caja adherida al Megatron. Otra agradable sorpresa:

-Caja rígida...-
-¡Una insignia Decepticon!

-¡Un USB con la versión en 720p de Transformers: Revenge of the Fallen*!-

Además, en él viene toda la información para prensa acerca de los próximos lanzamientos. Ya subiré notas al respecto, tan pronto termine de verlo.

Un buen día, a pesar del horrendo clima.

*evidentemente era mentira lo de la película.

¿Quieres saber más?

15 de junio de 2009

Idea Suelta: Fairies wear boots and Trolls wear Converse...

Durante la década de 1980, escuchaba a Alan Parsons Project, The Beatles y Pink Floyd —todos ellos por influencia paterna—. A principios de la década de 1990, lo admito, me llegó a gustar la música de Mc Hammer y los New Kids on the Block. Con el dinero de una mesada, compré cassettes de Black Box (Strike it up!) y MC Skat Kat and the Stray Mob (los felinos animados que tenían un video con Paula Abdul), selecciones que tuvieron que ver mucho con el entorno. Más adelante, bailé a ritmo de Marky Mark and the Funky Bunch, 2 Unlimited y Masterboy por la cuestión de las tardeadas juveniles. Ya para finales de esa misma década, Obituary, Entombed, Carcass y Napalm Death se anexaron a mis gustos, para convivir con el background metalero de los panas, al igual que Prodigy, Underworld y Cold Storage en tiempos del Rimel y el Pervert. Como verán, mis gustos musicales son bastante esquizofrénicos amplios. Pero dentro de toda esta cornucopia musical, desde que tengo memoria, siempre hubo una constante: Black Sabbath.

30% por influencia paterna y 70% por influencia de unos tíos (del lado paterno, cabe señalar), desde muy pequeño, los gritos de Johnny Osbourne se dejaban escuchar con regularidad en la casa. A pesar de ello, fue hasta 1990 que mi gusto por Sabbath se hizo oficial y mediante las enseñanzas de mis mencionados tíos (todos ellos fanáticos peligrosos y fichados del grupo) que el gusto se convirtió en una doctrina. Hoy, Black Sabbath es mi agrupación rockera favorita. Así de simple y sin discusión. Más allá del bagaje histórico que se carga el cuarteto de Birmingham —digo, no cualquier grupo tiene entre sus logros haber inventado un género musical—, el gusto por sus riffs y letras oscuras sobrepasa cualquier afición metalera que pudiera tener un servidor. No es de sorprenderse que la rola más tocada y cantada en Rock Band sea N.I.B. (a pesar de que el track del juego es un cover), y que entre mis plegarias nocturnas, se encuentre la petición de un Black Sabbath: Rock Band.

Hace tiempo, leí sobre planes de la banda de remasterizar, como mínimo, sus cinco primeros discos. La noticia quedó archivada entre tanto pendiente y apenas el viernes, por azares del destino, leí que mis dos acetatos favoritos de Sabbath llegarán a las tiendas norteamericanas el 30 de este mes. Ejem:


Dos ediciones de lujo, con material inédito y sonido completamente remasterizado. Un orgasmo auditivo total. Espero que aquí no tarden tanto en llegar para disfrutarlos en la comodidad de mi hogar y probar la potencia de mi Home Theater. Para adelantar los festejos, el viernes pasado compré lo siguiente:

De la línea Converse’s 100th Anniversary, la edición Black Sabbath World Tour 1978. El arte pertenece a la última gira que realizó el grupo con la alineación original. Mientras un servidor nacía en el mes de febrero de aquel año, el grupo se desintegraba producto de los excesos del volátil Ozzy, dándole fin a la primera gran era de la agrupación. Estaba en mis planes adquirir los Converse edición del álbum Vol. 4, pero ya no me alcanzó el dinero. Próximamente, si todo sale bien. Mientras, la rola de semana muy ad hoc... ¿Quieres saber más?

12 de junio de 2009

Mi nombre es Bumblebee y traigo algo para ti...

Hace rato, mi cuatacho transformable de toda la vida vino a dejarme un pequeño cubo. Se trataba de la invitación a la presentación oficial de la línea de juguetes de Revenge of the Fallen a la cual asistiré gustoso. Además, el cubo incluía un pequeño amigo que se incorpora a la colección a partir de ya:

—Springer RotF Legends (#423), ¿será el destino pidiendo a gritos que reactive mi colección?—

Pues será el sereno, pero de cualquier manera lo haré. ¿Quieres saber más?

9 de junio de 2009

We shall never surrender!

A partir de hoy en el Xbox Live Marketplace está disponible el Iron Maiden Pack 01 para Rock Band. Doce rolitas del grupo que representa el Heavy Metal en su forma más pura y elemental. También uno de mis favoritos, es importante señalar. Desde hace un par de semanas que me enteré de los planes por incluir tracks de la agrupación, la felicidad y la impaciencia fueron constantes. Para empezar, el paquete incluye 8 de mis canciones predilectas de la banda, contando mi oltaimfeivoritanddebestofitol Aces High. Simplemente me fascina esa rola y aderezada con The Trooper (que estuvo disponible en un Guitar Hero), 2 Minutes to Midnight, Hallowed be thy name, Powerslave y Fear of the Dark, convierte al paquete en un trato perfecto.

Hoy tempranito compré el pack y lo dejé descargando para jugarlo tan pronto llegue. Se especifica que la versión de Aces High es en vivo, espero que sea la versión incluida en Live after Death (mi favorita) y que, por supuesto, traiga el speech WW2 de Churchill.

Un acierto más de Harmonix y MTV Games. Si por alguna razón se les acaban las ideas acerca de las canciones que deberían incluir, les anexo unas sugerencias (ordenadas por packs de 5 rolas y toda la cosa) después del salto. Harían a más de uno feliz en este mundo con estas selecciones. G–A–R–A–N–T–I–Z–A–D–O...

Sepultura
Arise
Biotech is Godzilla
Bestial Devastation
Morbid Visions
Desperate Cry

Slayer
Jesus Saves
Angel of Death
Black Magic
Dead Skin Mask
Chemical Warfare

Black Sabbath (Ozzy years)
Embryo/Children of the Grave
Psycho Man
Black Sabbath
Fairies Wear Boots
Supernaut

Black Sabbath (Dio years)
Neon Knights
Heaven and Hell
Mob Rules
Falling off the Edge of the World
Children of the Sea

Aerosmith
Dream On (Live)
Janie’s got a gun
Eat the Rich
I don’t want to miss a thing
Livin’ on the Edge

Anthrax
Antisocial
Potters Field
Bring the Noise
1000 Points of hate
Poison my eyes

Carcass
Heartwork
This Mortal Coil
Corporal Jigsore Quandry
Buried Dreams
Death Certificate

The Cure
A Forest
Why Can’t I be you?
Killing an Arab
Love Song
10:15 Saturday Night

Entombed
Eyemaster
Rotten Soil
Left Hand Path
Demon
Living Dead

Iron Maiden Pack 02
Purgatory
Die with your boots on
Be Quick or Be Dead
Killers
Flight of Icarus

Smashing Pumpkins
Bullet with Butterfly Wings
Ava Adore
The End is the Beggining is the End
Bodies
Jellybelly

Kiss
Deuce
She
I was made for loving you
Shout it out loud
Strutter

Marilyn Manson
Irresponsible Hate Anthem
1996
Antichrist Superstar
Rock n‘ Roll Nigger
Dogma

Megadeth
Moto Psycho
Holy Wars
Rust in Peace
Take no prisoners
Symphony of Destruction

Pantera
Cowboys from Hell
Cemetery Gates
Mouth for War
Fucking Hostile
The Great Southern Trendkill

Pink Floyd
Interstellar Overdrive
Astronomy Domine
What do you want from me
Comfortably Numb
Hey You

Placebo
Because I Want you
Special K
The Bitter End
Daddy Cool
This Picture

Queen
Innuendo
The show must go
Princes of the Universe
Stone Cold Crazy
Flash Gordon

Santana
Europe
Black Magic Woman
Jingo
Evil Ways
Smooth

Skid Row
Slave to the Grind
18 and life
Psycho Love
My Enemy
Forever

(pant, pant)
¿Quieres saber más?

No mamen, estos no son Chesquitos

Hace un tiempo, comenté que me interesaría que regresaran los Chesquitos, gomitas con forma de botellas de refresco de cola que la compañía Ricolino vendió durante la década de 1980. Ayer, Pandita y Manchita, con cierto tono de conocimiento absoluto de todas las cosas comestibles, me hicieron saber que los Chesquitos existían en el presente. Puesto que ninguno de los dos quiso bajar por ellos a su tienda más cercana, tuve que pasar a una Miscelánea (a nivel de piso) y corroborar esta info. Adquirí este paquete —cinco pesos, para los que tenían la duda, 40 centavos de dólar para nuestros amigos de otras latitudes— y de inmediato comprobé que no se trataban de los caramelos que añoraba. ¿La razón? Tengo seis:

1) Yo conocía los Chesquitos, no las 'Gomilocas Cheskitos'. ¿Cuándo van a entender los pendejetes de mercadotecnia que la onda de cambiar la ‘q’ por la ‘k’ en su afán por pegarle a la GenX es un pedo que murió hace más de 15 años junto a Pauly Shore y los American Gladiators? Así como no es ‘cool’ ni ‘hip’ ni ‘in’ escribir sin vocales, querer ser ‘kool’ termina siendo totalmente lo contrario.

2) Los Chesquitos originales tenían la forma de una botella de vidrio convencional. No tenían senos.

3) De igual manera, no había ‘sabores’. Eran de cola. Si prestaran atención al pasado, los genios de Ricolino se habrían percatado de ello.

4) La consistencia de la golosina original permitía ‘destapar’ la botella al romper la parte que representaba el cuello de la misma. Al intentarlo en la versión actual, simplemente obtienes una bizarra presentación de dos litros no retornable.

5) Al darle un par de mordidas a un Chesquito, el sabor a refresco de cola era evidente (sí, no era más que saborizante, pero cumplía con su cometido). Intentar morder uno de estos pedazos de goma para alcanzar su interior fue fútil. Después de una sesión de alrededor de 1 minuto 20 segundos, por fin logré deshacer UNO de ellos. Tal vez no sean los originales, pero pareciera que guardaron la materia prima desde hace 20 años.

6) Al terminar un paquetito de los Chesquitos originales, te quedaba un sabor de boca dulce y agradable. Después de 30 minutos de terminar de masticar este horroroso intento de imitación, mi quijada terminó adolorida. Paradójicamente, morder un envase de Coca Cola original pudo haber sido menos dañino para mi boca.

Veredicto: Compren un paquete de estos ‘dulces’ si necesitan soportes para que no se azote la puerta, bases para que las patas de la mesa no rechinen o plástico para cubrir alguna fuga de agua o gas en su casa. Venderle esto a los niños tal vez los prepare para degustar hormigón cuando el destino nos alcance. ¿Quieres saber más?

8 de junio de 2009

The Dark Knight, la versión original.

De los creadores de Street Fighter: The Later Years, llega TDK, como si se hubiera hecho en la década de 1960. Ya es algo viejo, pero lo acabo de ver hoy.



De pilón otros dos del murciélago:





Que sean 3:


Muy ciertos todos ellos... ¿Quieres saber más?

7 de junio de 2009

Yippee kai yay, motherfuckers!

¡Por fin! Después de incontables caminatas y búsquedas inútiles en bazares, centros comerciales y localitos perdidos, el viernes llegó un esperadísimo paquete de US (para nuestros amigos de provincia, “el otro lado”) con el último BD que me faltaba para completar mi tetralogía favorita. Die Hard with a Vengeance (35 de 50) se suma a sus hermanas para completar la filmografía de John McClane, el modelo a seguir para todos los que en algún momento nos hemos encontrado en el peor lugar en el peor momento posible. Una foto de las cuatro pelis juntas:

Este disco, IMPOSIBLE de conseguir en el DF (créanme, lo intenté), terminó por convencerme de realizar un pequeño pedido con todas las cintas que me cansé de buscar por estos rumbos. Encontré la 1, 2 y 4, pero por alguna bizarra razón, la 3 no existe (ni en Mixup, carajo). Mi consejo para aquellos que coleccionen BD y tengan en la mira la tetralogía Die Hard: no la intenten comprar de manera individual, adquieran la colección completa en eBay o Amazon, se ahorrarán cientos de horas/hombre en búsquedas inútiles.

Y bueno, otras joyitas que forman ya, parte de mi archivo cinematográfico (imposible también conseguir varias de ellas por aquí (por lo menos a un precio decente)):

Beetlejuice, Reservoir Dogs 15 Anniversary Edition, American Psycho Uncut Version, Dark City Director’s Cut y Flatliners (36 a 40 de 50) elevan el número de mis cintas predilectas coleccionadas. Aparece Shoot’em Up, que compré por recomendación, además de que su costo fue alrededor de 350% menor al que manejan por acá. Ya veremos si es tan buena como dicen.

En otras noticias, estoy jugando Prototype. Llevo como dos horas de juego. Vi trailers y avances en línea que me convencieron de adquirirlo. Por el momento sólo voy a decir lo que con seguridad aparecerá en varios sitios con reseñas profesionales: algún creativo decidió combinar la esquela de juego de superhéroe de Spider-man 2, la violencia civil de Grand Theft Auto, con la mórbida desesperación apocalíptica de Resident Evil para crear este título. No es malo, para nada, pero al jugarlo será imposible no sonreir burlonamente al realizar alguna tarea/movimiento/secuencia que les recuerde a los juegos antes mencionados. Se los firmo.

Aeroplanear por Nueva York después de un mega salto desde un rascacielos es una excelente oportunidad para gritar Yippee kai yay, motherfuckers! Una sensación catártica.

OPDEIT: Ya vi Shoot 'em Up. Sin discusión, 41 de 50.

Utilicé 4 veces la palabra imposible. ¿Quieres saber más?

4 de junio de 2009

¿Bill killed?


Me acabo de enterar que David 'Kung Fu Master" Carradine se quebró hoy, en Tailandia. Dicen que se suicidó* ahorcándose en la habitación del hotel donde se hospedaba mientras grababa una cinta. ¡Zaz! Y yo cagándome de la risa del 'Maistro y el Pequeño Saltamontes" ayer con los Polivoces. Al Panteón de los grandes artemarcialistas.

*Acaba de decir su representante que fue por causas naturales. Si te ahorcas, naturalmente te mueres, ¿qué no? ¿Quieres saber más?

1 de junio de 2009

Gracias por hacerme reir...

Hoy cumplí tres años de laborar en el trabajo que en la actualidad me da para comer (y bien). No hubo mucho alboroto por ello, para ser honestos. Disfruté de una agradable comida con los compañeros de la oficina y tuve una experiencia divertida con los sensores de seguridad de Mixup y Liverpool. Pero en un mundo donde desaparecen aviones comerciales en pleno vuelo (además de los de Oceanic), los candidatos a diputados son golpeadores maritales y la gente ordinaria pareciera empeñada en arruinarle la felicidad a los que disfrutamos de la vida, en un mundo así de complicado... recibo una excelente noticia, cortesía de Manchita y mi proveedor de televisión satelital: el canal Clásico TV está disponible.

No se a ciencia cierta cuánto tiempo lleva ya en las parrillas de la programación de Sky, pero hoy preferí abandonar una función para prensa de Star Trek y venir a deleitarme con este canal cuya programación está conformada por series cómicas de antaño. Lo mejor y más puro de la comedia televisiva mexicana, con su horrenda calidad de transfer, escalada a 720p, engalana mi siempre fiel TV de una manera que soñé, desde que en mis últimas vacaciones, conocí el sublime canal de cable en Veracruz.

Hoy ya vi los Polivoces, La Carabina de Ambrosio, Hogar Dulce Hogar, Mi Secretaria y El Mundo de Luis de Alba. Es casi media noche y no me canso. Pensar que podré disfrutar series de las cuales todos los adultos contemporáneos hablaban (como Bartolo, Silvia y Enrique, y El Comanche), además de revisitar viejos favoritos (Cachún Cachún Ra Ra, Chiquilladas y Ensalada de Locos) me pone tan, pero tan de buenas, que pensar que el mundo alrededor se cae a pedazos no parece importante.

Soy un hombre simple, con gustos sencillos. El buen humor, para mi, es imprescindible para la vida. Y recibir un regalo como éste justo el día de hoy, no podría hacerme más feliz... ¿Quieres saber más?

Jesus wept

Por fin encontré la llave a un mundo que promete placeres sin límites. Y, ¿quién lo iba a decir?, fue en PeriCoapa. The Lament Configuration (33 de 50), edición especial que incluye el Blu–ray de 20 aniversario de Hellraiser (entre otras cosas) aguarda para ser abierta. Desde que vi dicho filme en secundaria, no podía dejar de pensar que un servidor era un Cenobite perdido, pagando los excesos de sus deseos en la piel de un mortal ordinario. Vaya castigo...

Muero de ganas por verla. Lástima que Red no disfrute las cintas de Horror/Terror, por ello tendré que verla solo con una buena dotación de frituras y bebidas embriagantes. Para completar la dotación de BD, tres premiadas por la Academia:

Little Miss Sunshine, Fargo y Goodfellas (34 de 50) se incorporan a la colección. En esta semana llega un pequeño pedido con seis títulos Blu que aumentarán el conteo hasta 40 de un jalón. Comienzo a creer que me va a quedar chico (y no les doy nada) el conteo. Tal vez lo extienda a 100.

Nota de trivia: nunca vi Fargo. ¿Quieres saber más?