Leía yo mis blogs de cabecera cuando me enteré que el día de ayer fue el cumpleaños de un juego muy especial, Wolfenstein 3D. A este juego —producto del ingenio de John Carmack y John Romero— le debo mi gusto por los juegos FPS, uno de mis géneros favoritos. Todavía recuerdo que estaba yo en casa de un amigo, que a su vez tenía un vecino con una PC pederísima que corría los King Quest de poca madre. El caso es que mi amigo “nos invito” a la casa de su vecino a jugar un juego “Totally Rad” (chiste que sólo un geek entendería) para PC. El juego era, por supuesto, Wolfenstein 3D, el título que inició todo...
Aunque juegos onda Ultima ya habían mostrado que existía la posibilidad de hacer mundos tridimensionales, yo no había visto nada como Wolfie. Sus pasillos en 3D, la sensación de ser tú el que cargaba la escopeta, la claustrofobia del castillo creada con algunos miles de pixeles y una paleta de colores limitada eran sólo algunas de las cosas que impactaban de este juego. Recuerdo que para cargarlo, tenías que poner 4 o 5 floppies de 3 1/2 y moverle a unos settings de tu “Saundblaster” para que jalara.
—Los ladridos de los perros se escuchaban como cuando le quitas el protector de hule espuma a una TV nueva, pero era lo mejor de la época—
Debo de haber jugado 1 hora y media cuando mucho. Pero al otro día, fue de lo único que hablé. Moría por seguir jugando el endemoniado “uolf tridi” , pero por desgracia, una PC en mi casa, en ese momento específico, no era una prioridad. Snif.
Tiempo más tarde, pude jugar todos los episodios, y después de cientos de nazis y perros muertos, logré ver el pésimo final. Pero el gusto que me dejó por las experiencias FPS continuó. Zero Tolerance, Doom, Heretic, Forsaken, Blood, Duke Nukem 3D y Quake llegaron después para perfeccionar la fórmula y agregarle detalles. Incluso recuerdo jugar la versión con colores extraños en el Atari Jaguar, la edición censurada para SNES y una incomodísima versión para el GBA.
Para los más jovenes, los títulos FPS podrán ser de lo más común en la actualidad. Pero hubo un tiempo en el que no, sobre todo en las consolas. De hecho, Zero Tolerance fue el UNICO título FPS que jugué en Genesis. El Duke Nukem lo jugué años después emulado, y aunque distaba mucho de la versión para PC, en ese entonces hubiera sido mi superhit.
—Barra espaciadora, barra espaciadora, barra espaciadora, secreto...—
Ayer, Wolfenstein 3D cumplió 16 añotes. No inventó la sangre, la violencia, los corredores largos, los cuartos secretos, a los nazis o los supersoldados. Es más, técnicamente ni siquiera invento la tridimensionalidad en los videojuegos. Pero sí inventó un género... (ok, técnicamente tampoco lo inventó. Tranquilos geeks). Y claro, sembró la semilla de mi adicción por correr en pasillos digitales con un arma entre mis manos, matando soldados/covenants/dinosaurios/terroristas/robots/demonios
/perros/micos/aviones/root/GAME/DISK1/wolf3d.exe
6 de mayo de 2008
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2 comentarios:
A mi también me encantó ese juego y tuve la fortuna de que en mi casa la PC ya era prioridad (aunque solía estar siempre ocupada dizque pa trabajar).
Pues felicidades al juego. A mi los juegos en primera persona me marean, hay que practicar mucho...
Saludos
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