“The only point I like in Autobots: melting point”
Hola a mis tres lectores asiduos y al resto de los casuales que suelen pasar por aquí. Un poco tarde, pero con el mismo gusto de siempre por hacer este ejercicio evaluatorio, traigo para ustedes el TF de la semana. Para los que no lo habían notado, estoy alternando entre Decepticons y Autobots para las reseñas. Es entonces, el turno de un malvado y le tocó al espía favorito de Megatron, el ave de mala güero, el Transformer que registra audio y video en un sistema análogo. ¡El rapaz Laserbeak G1!
Bueno, pues resulta que existe un Decepticon que es como el brazo derecho del líder de esta agrupación, cuyo nombre es Soundwave. Este fulano además de ser la última línea de defensa antes de llegar al jefe, también es el más enterado ya que tiene pequeños “colegas” que lo ayudan con el flujo de información. Soundwave se transforma en una radiograbadora 80era, con la capacidad de expulsar varios cassettes para diferentes fines. Entre estos teips, se encuentra Laserbeak (cuyo nombre original en Japón es Condor, dato que acaba con el dilema del animal que se supone representa), quien funge como espía e interrogador para los altos mandos. Cuando no se encuentra husmeando en sitios privados, su piquito láser (de ahí su nombre), “fomenta” la cooperación de los enemigos.
—Por si no lo sabían, Takara es en el mundo de los cassettes, lo que Rocket es en de las pilas... son orientales, a veces de mala calidad, pero por el precio... siempre te llevas de a cuatro—
El modo alterno de Laserbeak es el de un cassette terrícola. En la serie animada, Soundwave era del tamaño de una grabadora de rapero bronxero, por lo tanto, todos los cassetticons —nombre con el que también se les conoce— se asumían como cintas magnéticas de tamaño regular. En figura, son más bien del tamaño de los microcassetes que utilizaban los reporteros (osea, los reporters de hoy utilizan reproductores multimedia que graban digitalmente en OGG, we). Los teips incluyen una cajita para almacenarlos y conservar la idea de un objeto cotidiano. Fuera de su caja y a la distancia, el cassete parece real. De cerca, el encanto se rompe al ver los stickers y la separación entre las extremidades.
—¿Cuantos “love tapes” terminaron en el bote de la basura de la novia(o) ardida(o)? Un minuto de silencio para ellos—
Por un lado, la cinta retiene elementos familiares de los utensilios musicales de la época, como las leyendas que hacen alusión al tipo de cinta, fidelidad y grabado, al igual que la clásica ventanita que simula el avance de la cinta. Buenos detalles. Por el otro lado, sólo son imitaciones de circuitos sin sentido, que forman parte del modo robótico alterno.
Como he mencionado en ocasiones anteriores, una gran desventaja de muchas de las figuras G1 es la incapacidad de contener sus propias armas en su modo alterno. En el caso de Laserbeak, sus cañones tienen que guardarse en la cajita de la cinta (siempre y cuando esta no esté adentro, obvio) o en los bolsillos del chamaco que juega con el pájaro (tómala barbón). Esto le resta puntos al modo teip, por no hacer lo posible para mantener el “realismo”, Es de suponerse que en la década de 1980, era más difícil diseñar un juguete capaz de ocultar todos sus utensilios. Claro, que si la onda es ponerse creativos, podías imaginar un uso real para dichas armas.
—¿Cómo? ¿no has escuchado sobre los regresadores manuales para cassetes? ¿En qué año vives? ¿En 1977?—
Transformar a cualquiera de los cassetticons es cosa de 5 segundos máximo. De hecho, me atrevo a decir que es imposible equivocarse o romper alguna de estas figuras debido a la simplicidad de sus partes. Un par de giros por aquí y por allá, recorrer la cabeza y listo. El ave con sonido estéreo estará lista. No hay pierde, aunque lo intentes.
Para completarla, basta colocar los cañones en los orificios correspondientes y listo. El espía volador completamente transformado es idéntico a su contraparte animada y aunque tiene poca movilidad, si tiene la suficiente para adoptar algunas posturas vistosas. Un excelente complemento para el brazo de cualquier Decepticon. Y ni hablar de lo vital que resulta para su amo y señor Soundwave.
—No necesitas ser un genio para saber que es un tremendo pajarote. ¿Qué comes que adivinas?—
Es una obligación para cualquier persona que posea un Soundwave tener a Laserbeak, al ser uno de los cassettes más representativos de este personaje. Tan es así, que en la mayoría de las reediciones que se han hecho hasta la fecha, estos dos prácticamente siempre vienen juntos. De hecho, el que yo tengo, forma parte de un Soundwave de edición conmemorativa que la juguetería Toys “R” Us puso a la venta hace algunos años. También es posible conseguir a Laserbeak en forma individual o como parte de un paquete con otro cassetticon. La figura no posee un grado de articulación complejo o un modo robot apantallante, pero al tener dos modos por completo reconocibles —algo que ocurre con todos los teips— es obligatorio tenerlos a todos. Bueno, tal vez sólo excepto a Buzzsaw, que es un repaint de Laserbeak y cuyo personaje animado salió sólo un par de veces en la serie.
Costo actual G1 original: entre 25 y 30 dólares
Costo actual de la reedición que incluye a Frenzy: entre 15 a 20 dólares
(la mia formaba parte de la edición conmemorativa Toys “R” US de Soundwave)
Modo alterno: 8.0
Modo robot: 8.5
Overall: 8.0
21 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Muy bien por la actuación de Laserbeak G1... más coordinado con la música... jamás.
Aplausos de pie
Saludos
Hubiera sido interesante que la serie tuviera una vida tan prolongada como los Simpsons ¿lo hubieran sacrificado por inservible? ¿Se hubiera puesto a dieta para parecer un CD?
uy... soy EConde sólo que esta el perfil del trabajo
Excelente video. Me sacaste varias carcajadas. Y pues sí, se ve fácil de transformar.
Publicar un comentario