No estoy seguro si así se escribe —mi alemán es prácticamente inexistente— pero lo digo con toda honestidad: ¡Hamburgo me fascinó! Para los que no sepan, la onda estuvo así: fui a aquél país a cubrir la entrega de un avión que una compañía mexicana adquirió. Este evento coincidió con un concurso que dicha empresa realizó en el que se le puso el nombre de un sujeto ganador a tal aeronave. Pues bien, además de asistir a la planta que fabrica estos vehículos (ubicada en un distrito de Hamburgo), también nos invitaron a conocer la ciudad, a la ceremonia de entrega y a darle el estrenón, en un viaje de vuelta a México que recorrería Islandia y Canadá. Como ya recibí quejas de lo aburridos que son mis posts con mucho texto, éste lo haré más (audio) visual. Prepárense para un maratón de chorromil fotos y algunos videos que narrarán cronológicamente el mejor viaje de prensa al que he asistido y una de las mejores experiencias que he vivido en años. Favor de abrochar su cinturón...
—Antes de empezar: estos dos amiguitos llegaron justo antes de mi partida. Leo Breaker y Nemesis Breaker Cybertron (#147 y #148). Puro poder felino—
Día 1
—Panorámica del aeropuerto internacional de Frankfurt. Siguiente parada, Hamburgo—
—Ya en nuestro destino, muchos edificios tradicionales de la posguerra (algunos reconstruidos, otros creados a partir de cero). Pocos como éste, un tanto más modernos—
—La típica esquina comercial hamburguesa—
—Pequeño recinto de cultura pop. Nótese a Elvis vigilando la entrada—
—Nuestra llegada a Gänsemarkt, en el corazón de Hamburgo. Nuestro HQ—
—Después del check in, nos llevaron a cenar a un lugar trendy superfashion de la ciudad. East: comida fusionada germano–oriental—
—El interior era una mezcla de un lounge oriental y un hostal alemán—
—Costilla de res con salsa agridulce, papa hashbrown y algo como champiñones. Buenísimo—
—Para acompañar el vino y la charla intro, Crème brûlée, passion fruit y un helado sublime. Uno de los mejores postres que he probado—
—Después de la deliciosa cena, un paseíto nocturno para conocer Reeperbahn, en el distrito de San Pauli, la avenida con la vida sexynocturna de Hamburgo—
”No money, no honey”, nos gritó el bouncer de un lugar. Desde el clásico teibol, hasta el espectáculo de sexo en vivo más extremo... todo se vale por aquí—
—Große Freiheit, una calle que igual tiene bares desnudistas, que antros rockeros para la chaviza. La foto obligada con el Doll House y el memorial del Star–Club en el fondo—
Visitamos Herbertstraße, la famosa calle con las Sritas. en las vitrinas. Desafortunadamente, las cámaras no eran una opción (aunque hubo un valiente que se aventó el amateur shot). Terminado el tour, a dormir al hotel. El siguiente día estaría lleno de actividades...
Día 2
Tras un desayuno muy gringo (con mimosas para entrar en ambiente), tuvimos tiempo libre para ir a vagar.
—Carteles. Lagrimita y Costel no figuran por acá—
—Un andador comercial, con cafés, librerías y tienditas—
—El Alster, el lago más importante de Hamburgo. Todo un espectáculo desde donde lo veas. En el fondo, las cinco iglesias representativas de la ciudad—
—Varios videos del Alster—
—El Museo de Arte Moderno. Entré a la retrospectiva de Mark Rothko (sugerencia de Red). Entendí muy poco de su obra, pero el museo está increíble—
—Arte público, muy, pero muy común por allá—
—La estación central. Aquí coinciden varias líneas de tren y el subterráneo—
—Una de las calles más famosas por sus tiendas, malls y anexas. Amarren a sus mujeres—
—El ayuntamiento de Hamburgo. Para ser honestos, la primera vez que pasé por aquí creí que era una iglesia. Una postal para ustedes—
—Segundo intento de postal. Mejor—
—Y un pequeño video—
—Mejor que Manpower o Adecco. Esto si es una agencia de colocación (¿o no?)—
—Uno de los cientos de puentes en la ciudad. Creo que son más de 1,200—
—Otro puente, en la misma calle— Después de mi caminatour, del hotel nos llevaron a una comida a la planta de Airbus. Ahí, el menú fue excelente (una vez más), un poco más de vino y la promesa de una megafiesta en la noche. Pero antes, una visita guiada por la ciudad.
—De los creadores del Tezoncito y el Cherco de la Renas, el único restaurante mexicano que vi—
—Ese edificio que tapa el tren elevado, el que no se ve, es el edificio editorial más grande de Europa. Ahí se hace Der Spiegel, el semanario más importante de aquellos lugares. Dejé mi CV (en español)—
—Wandelhalle, la estación central, pero ahora vista por el frente. Había unos sujetos protestando por algo... tenía que ver con papel higiénico—
—La iglesia de San Miguel. Impresionante. Dan ganas de rezar—
—El arcángel Miguel ganando la batalla contra el demonio—
—El arcángel Miguel ganando la batalla contra el demonio...sobre mi—
—Amateur shot dentro del templo. Una maravilla—
—Mi futura casa en el distrito chic de Hamburgo. No, en serio...voy a vivir ahí—
—Otra casa que me gustó. Pero esta se ve más cara—
—Mezquita en Hamburgo—
—El otro lado del Alster, en el distrito in—
—Chica que ingresó directo a mi Coolbok y a Facebook—
—Visita guiada por San Pauli. Las anécdotas jocosas abundaron— Después del tour, tuvimos un par de horas para descansar. Tiempo perfecto para visitar la juguetería más grande de Hamburgo y viajar en metro.
—Carteles subterraneos. Panteón Rococó si figura aquí—
—El famoso subterráneo de Hamburgo. Nunca encontramos los torniquetes. Horas más tarde nos enteramos como funciona. Shame on us—
—La fiesta prometida. El lugar: una cantina alemana tradicional—
—Tranquilos y guardando la compostura—
—Manejando lo que viene siendo el doble trago—
—Las viandas—
—El trago combinado: cerveza de barril y Jägermeister—
—Y comenzaron los duelos: nuestras anfitrionas vs....—
—...nuestras compatriotas—
—La actitud lo es todo—
—Además de la pronunciación correcta de “Jagërmeister”, nos enseñaron la correcta forma de beberlo—
—Reto entre colegas: un empate justo—
—Uno —y no exagero— de cientos de momentos memorables de esa noche—
—Ya nos corrieron....¿y dónde la seguimos?—
—Nah, el lobby del hotel nos quedó chico...—
—Un mural en San Pauli mientras buscábamos donde seguirla después de dar el Doll, digo, el rol—
—Zum Anker, una cantinita en la esquina de Herbertstraße (vitrinas) con una cálida señora fanática de los mexicanos. Echamos el trago ahí mientras las chicas malas rusas rondaban afuera—
—!Digan Reeperbar!
—La mejor cerveza que tomé en todo el viaje—
—Un amigo del espacio, con un extraño acento español—
Regresamos a las 4:30 am del siguiente día al hotel, con una agenda que empezaría a las 8:30 am. Aún así, todos cumplimos...
Dia 3
El plan incluía una visita a la planta Airbus y la ceremonia de entrega...
—El famosísimo Beluga, listo para transportar partes de aviones—
—Un traje de superaltatecnología— Al terminar la ceremonia donde abundaron los bocadillos y fluyó mucha, pero mucha champaña, regresamos a la ciudad para disfrutar de la tarde libre...
—El puente más alto que atravesamos—
—Día soleado, mucha gente se preparaba para salir a la calle—
—Otra vez a turistear, de vuelta al centro. El ayuntamiento revisited—
—Pura celebridad con disposición—
—La visita obligada para el fan WWII: La iglesia de San Nicolás. Ahora el memorial para las víctimas de la gran guerra—
—La foto obligada...—
—La foto obligada en el campanario—
—Adolf III...—
—Una señora frente a Adolf III—
—En verdad, toda la gente comenzaba a salir a las calles por el sol inusual—
—Para todos los gustos—
—El Alster, desde otro ángulo y con sol—
—En el muelle, disfrutando de un rico helado—
—No es pose farola, me dolían un poco los pies—
—Una vez más al metro, pero esta vez sí pagamos en las maquinitas—
—Puro mexicano en el subterráneo. Creo que se notaba...—
Tras dejar al grupo en el hotel, me escapé de solitario para las últimas compras y la visita culinaria obligada...
—Un monumento a los soldados de la WWII. Con una opinión...—
—¡Ah! Me encanta—
—Royale with Cheese Maxi Menu, Veredicto: carne buena, mucha verdura y mayonesa en exceso—
—CCH. Creo que es el Sur—
—El Radisson, el edificio más alto de la ciudad—
—Desde el centro del corredor botánico, la Torre de Comunicaciones—
—Un jardin zen en el corredor botánico—
—No podía faltar la tienda geek—
—Un museo que no visité. Ya será la próxima—
—Atardecer desde el cuarto del hotel—
—Primus Cybertron (#149), uno de los TF más grandes que existen y orgullosamente de Hamburgo. ¡Ah! y un Broly de DBZ para complementar—
En la noche nos la llevamos leve, un par de cervezas, charla y comida, ya que al siguiente día partiríamos muy temprano...
—Shalimar, comida hindú con atención personal de Puff Daddy Region 2—
—Hindi feelin'—
—Se ve igual de cool que la comida—
—Panorámica del complejo donde estaba Shalimar. Otro buen lugar para vivir— A preparar maletas y a dormir...
Dia 4
Un desayuno express con más champaña para entonar y algunas compras después, ya estábamos camino a nuestro avión...
—Un enorme globo aerostático. La última vista del centro de Hamburgo—
En el avión, recibimos VIP Treatment. Más champaña, cervezas, y comodidades dignas de magnates. Total, era un avión completito para sólo 20 personas...
—Mi lugar. El 17 A de la suerte—
—Nuestro plan de vuelo. Primera escala: Keflavik, Islandia—
—Entrando al Duty Free del aeropuerto de Keflavik. Todo era paz y armonía (léase estaba muerto) hasta que llegaron los mexicanos con sus compras de pánico. Misión 1: Comprar “On the Rocks”, los hielos que nunca se derriten, un detallito que sólo consigues en Islandia: CUMPLIDA—
—Misión 2: Comprar el Vodka Reyka, destilado en piedra volcánica islandesa. Inconseguible en el resto del mundo: CUMPLIDA. El grito del final no fue por Pepsi Retro; me acordé que traía como 20 euros en la bolsa—
—Misión 3: Encontrar Un TF de recuerdo: CUMPLIDA. Cliffjumper Movie Legends (#150). Orgullosamente islandés—
—Despegamos y unos minutos más tarde, Groenlandia desde el avión. No se aprecia muy bien el video, pero era increíble...—
—Segunda parada: La isla de Gander, en Canadá—
—Pintoresco lugar. Solitario, pero con buena vibra aeronáutica—
—Échenle Premium, es nuevo—
—Los aviones normales cuentan con sobrecargos. Nosotros teníamos sobrecuteones—
Al final, todo estuvo excelente. La comida de diez, la cerveza buenérrima y las mujeres locales increíbles.
El top 3 queda de la siguiente manera:
1.- La sobrecargo teen de Lufthansa
2.- La mesera del Doll House
3.- La cajera de la juguetería donde compré a Primus (sólo tengo foto de la primera, pero como soborné a alguien para que me la diera, no la pienso compartir) Una mención honorífica para las hermosas rusas que cobraban. SOVIET REIGNS!!!!
Hice buenos amigos, viví momentos fascinantes (como experimentar un despegue en la cabina de mando de un avión nuevo, utilizar por primera vez una mascarilla de piloto para despresurización, y conocer a detalle todo el proceso de pruebas que se le realizan a un avión antes de adquirirlo) Son cosas que pocos mortales experimentarán durante sus vidas. Esto, aunado a la divertidísima visita a Hamburgo y todas las fiestas de antología, lo hicieron una de las experiencias más gratificantes que he vivido. Me quedo con un buen de recuerdos (materiales y sentimentales) que me harán sonreir una y otra vez. Fueron 4 días que no cambiaría por nada en el mundo. Gracias infinitas a las personas que hicieron esto posible.
The End
8 de agosto de 2008
MEGAPOST: Ich bin ein Hamburg–Fanatiker!!!
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2 comentarios:
Qué envidia de la buena, muchas gracias por compartir todo eso, saludos.
Sabía que Hamburgo no te defraudaría. Un excelente viaje, felicidades
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