¿Qué habrá sido del Bolillo y el Mike? Estos dos sujetos eran los dioses del Street Fighter II por donde yo viví mi infancia/adolescencia (la pintoresca zona de Nativitas). El primero era toda una leyenda (era conocido en todas las plazas y fue ganador de torneos con su Guile invencible). El segundo era su mejor amigo y su Blanka era un ganador desesperante de la colonia. Una vez, en las maquinitas de la Sauza (una vinatería) ante un público nutrido de pubertos, los incitaron a enfrentarse (incluso les pagaron la ficha). Cada uno tomo su lugar e inició el enfrentamiento. Al principio, Mike le dio muchos problemas al Bolillo, pero a medio round, las cosas se emparejaron con una serie de combos de antología. Justo cuando ambos tenían una décima de energía, Mike se la jugó con un roll y el Bolillo con un Sonic Boom retrasado. ¿El resultado? Contacto. Ambos cayeron en un empate épico. Todo el mundo grito y se emocionó. Los dos rieron a carcajadas entre aplausos y rechiflas. Salieron del local abrazados como cuates, riéndose del encuentro. Todo el mundo clamaba por el segundo round, pero éste no ocurrió. Ellos se fueron y le dejaron la duda a todos acerca de quien era el mejor. ¡Ah, los recuerdos! En cuanto puse el Street Fighter IV, la oleada de recuerdos saturó mi mente. Recordé mis pininos con Ryu que no me convenció y mi cambio a Dhalsim, el peleador que utilicé casi durante toda la vida útil de Street Fighter II (hasta que llegó Championship y el Turbo, con sus versiones Rainbow). Recuerdo como mi hindú inspiró póco, pero conocido respeto en aquellos lugares por un tiempo. Recuerdo las tardes en mi (entonces) nueva casa, cuando invitaba a todos mis amigos a comer hochos y las tardes en las maquinas de las Torres eran obligadas. Recuerdo al Blanka del Tovarish Iván, al Zangief del Dr. Sables, al Ken mamón del Padrinito, a la Chun-li taconera de mi hermano y por supuesto, las horas interminables de insultos, abugets, goris, licuadoras y diversión, La secuencia intro del IV está superchingona (el tema N’Syncesco me agradó, y cuando crees que termina... ¡Zaz!, ¡se pone más cool! Y mientras veía el modo de atracción, no pude evitar pensar en un rematch contra el Bolillo. En una ocasión, en las máquinas de Charlie (Eje 5 y María) mi Dhalsim hizo lo impensable: ganarle un segundo round a su Guile. Me ganó el tercero...y ya no tenía dinero para la revancha. Tyler Durden me preguntaría: “¿Contra qué celebridad, viva o muerta, te gustaría pelear?” Seguro sería contra el Bolillo en Street Fighter IV. Sin duda.
Las retas en mi casa, a partir de este fin...
20 de febrero de 2009
Peleador estricto
Etiquetas:
Videojuegos,
Xbox
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3 comentarios:
ahhh... el street fighter... que juegazo.. y que recuerdos cuando se daba el doble KO. En mi caso nunca fui bueno pero siempre la pase bastante bien. Yo era de esos que siempre jugaban con Ryu y no paraban de tirar la bola. Facilongos... :-P
¡¡Cómo olvidarlo!!
Me lo trajo Santa Claus como a los diez años. Sin duda un entrañable compañero de diversión. Claro que yo lo jugué en SNES.
Hola Andrés Carapia. Bienvenido al blog. El Street Fighter II de SNES fue un clásico de las retas con los cuates. Yo no tuve SNES (tenía Genesis), pero nunca tuve problemas para jugarlo, ya sea en el SNES de mi hermano o con los amigos después de la escuela.
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