13 de marzo de 2018

Los últimos de 2017: Parte I

Un Toyfest y una caja gringa son las fuentes de esta primera entrada dedicada a mostrar mis últimas adquisiciones del año pasado. Todo lo que aquí mostraré fue lo que llegó a La Colección a finales de octubre y mediados de diciembre. En la imagen, Megatron & Doomshot y Broadside & Blunderbuss (#2,926 a #2,929), dos Voyagers restantes de Titans Return. Y es justamente el Megs el que me ayuda a conseguir otro Objetivo 2017; aunque en realidad se trata de mi líder Decepticon #100, nominalmente será el #99, pues el honorable lugar de centena lo tiene desde hace ya bastante tiempo un dorado conocido.

100 Megatrones transformables...

Continuemos. Supuestamente, este par sí llegó a jugueterías de estas latitudes, me imagino que por las mismas fechas cuando adquirí al Prime de este mismo segmento, pero nunca las vi. El precio fue el mejor que conseguí, si consideramos que varios vendedores tenían a esta dupla dentro de esa edición del ToyFest. Después de adquirirlos, hasta en mi tianguis de confianza los llegué a ver, pero no al precio en el cual los compré.

Sigo sin entender por qué Autobots vienen en cajas Decepticon...

El otro premio que me llevé de esa expo fue esta lonshera para lonshe Aladdin original ochentera. Ya había visto varios ejemplares en distintos lugares, pero siempre con varios niveles de daño o faltantes. Este ToyFest me brindó la oportunidad de llevarme uno de los coleccionables más emblemáticos de la marca con un poco de esfuerzo.

Resulta que, primero, encontré esta lonshera con un vendedor y, con todo y sus detalles interiores y el óxido evidente en varios de sus componentes, las caras y el arte en ellas estaban en muy buen estado. Claro, si consideramos que la pieza tiene ya 32 años de edad.


Arte Dinobot a los costados. El dilema no era el precio —200 tristes pesos— sino el eterno problema que enfrenta el coleccionismo Aladdin chacharero: el pinshe termo (thermo? thermi? sp?) no venía dentro.

Arte Insecticon en la parte inferior. Pero, al ser el mejor estado en el que me había encontrado la pieza, decidí llevármela. Total...

Arte Trypticon en la parte trasera. Minutos después, en otro puesto, en donde tenían una docena de Aladdins... ahí estaba otra vez la lonshera, pero esta vez con el termo. Puta madre.

"Chécala, sin compromiso", me dijo el vendedor. Y sí, el termo tenía una ruptura visible, pero el resto estaba excelente. La lonshera, por su parte no tenía la manija, un seguro estaba roto y el arte estaba bastante golpeado. La que acababa de comprar estaba en muchísimo mejor estado que aquel ejemplar. El costo del combo en el nuevo lugar: 350 pesos. Ouch.

¿Adivinen qué hice, chavos?

Sí, pregunté si podían venderme sólo el termo. 100 pesitos era el precio. Ding ding ding.

Pobre Prowl.

Con todo y el madrazo, el termo estaba también en buen estado. Y limpio, sin rastros de Tang, Kool-Aid o alguno de esos venenos infantiles con los que las madres capitalistas torturaban a sus hijos.

Este es el interior de la lonshera. Evidentemente perteneció a un artista. Tal vez fue de Guillermo del Toro o Diego Rivera, no lo podemos saber con certeza. El caso es que se ve que el infante que la tuvo, la disfrutó.

Así luce ahora el combo completo. Como dato de trivia, esta fue la única lonshera Aladdin Transformer metálica que existió. Hubo otras tres ediciones, pero fueron de plástico. Ésta fue la única VERDADERA Aladdin fabricada con metal para que ese hijo de puta sienta mi fierro.

La primera caja de noviembre fue una compra pequeña que incluyó una figura muy importante: Bruticus Deluxe RID (#2,930). Este pequeño engendro era el último pendiente para POR FIN completar todos los moldes únicos del catálogo RID gringo. Ahora sí, ya no hay faltantes, no hay espacios por llenar. Y aunque por ahí quedan volando algunos repaints especiales de los KB Spy Changers o uno que otro repintado que no llama mi atención, si estos llegan a caer, será por puritita casualidad.

No tenía la versión original del Cheetor Beast Wars (#2,931), con todo y que pot ahí tenía un Tigatron que comparte el mismo molde. Debo checar bien las listas, pero creo que me faltan solo un par de moldes para tener todas las apariciones del personaje.

Swerve Universe y Roadhandler (#2,932 y #2,933) son repintados de Blurr Armada. Este molde más tarde sería empleado para crear al Blurr Cybertron, pero con llave mágica de poder. Al no tener una división Universe como tal, incorporaré a este par a las filas de Armada.

Finalmente, Silverbolt Universe Classics (#2,934), un molde que, al no respetar el canon básico y ser parte de un Combiner, no llamó mi atención en un inicio. Pero, al igual que su hermano de molde, Skyfall, terminaron por aquí producto de la aleatoriedad. En este caso, de las ventas por Internet.

Eso fue todo lo correspondiente a la primera parte de esta dupla de entradas que me ayudaron a completar dos Objetivos 2017. Próximamente, la segunda parte.



Objetivo: Alcanzar los 100 Megatrones transformables en mi Colección.
Gracias al Voyager Titans Return, lo logré.
Quinto objetivo de 2017, CUMPLIDO.


Objetivo: Conseguir, de una vez por todas, los pendientes del catálogo gringo RID.
Bruticus Deluxe era el último robot que me faltaba para lograrlo.
Sexto objetivo de 2017, CUMPLIDO.



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