El sistema arcaico (pero funcional) de first-come-first-served de 2017 fue sustituido por un novedoso, (pero estúpido) sistema de pulseras para ahorrar aglomeraciones y filas innecesarias. El asunto es que, al final, gente aglomerada y formada en filas innecesarias, terminó sufriendo mucho más por adquirir lo que quería. Los comentarios en todos los stands dedicados a la venta de exclusivas eran negativos, por lo menos durante el primer día, que fue cuando visité la exposición.
Al no contar con las famosas pulseras (reitero, asistí como parte de mi trabajo), no tenía derecho a adquirir lo que me interesaba. Lo curioso fue que mucha gente que siguió el protocolo para la adquisición de las pulseras fue ignorada por culpa de grupos de revendedores (bien raro) que armaron su propia dinámica para ocupar los primeros lugares a la hora de hacerse de los preciados tokens con privilegios. Todo el mundo comentaba cómo la mala organización y darle prioridad a estos grupos de choque dejó una pésima impresión en los asistentes. Hubo gritos, empujones, reclamos e insultos, además de precios falsos publicitados en redes sociales que no coincidieron con aquellos el día de la expo. Conclusión: fue un pinche desmadre monumental que no vale la pena ni detallar.
Resignado a irme sin mis exclusivas, continué con mi labor y, en una de tantas caminatas por uno de los sitios de interés, llegué a un punto en el que, literal, una chica de la nada me informó que ya era posible comprar sin pulsera en su local. “Okeeeeey, ¿y cuál es tu local?”, pregunté ante lo random de la situación. Ella señaló un stand a unos metros de donde me encontraba y se trataba del local de Super7, tercera compañía/fabricantes y diseñadores de juguetes que trajo varias exclusivas a la Unboxing, entre ellas, este Optimus Prime Super Cyborg.
Si les parece conocido es porque este Prime también fue una exclusiva de la SDCC de este año. Esta versión no transformable del líder Autobot está hecha en plástico traslúcido casi en su totalidad, salvo el detalle cosmético y super japo del pecho robótico; un atractivo diseño para mostrar la funcionalidad teórica interior del buen Optimus. Puntos adicionales por materializar una idea interesante de esta compañía que con frecuencia adquiere la licencia de propiedades de renombre para lanzar productos oficiales.
Y ya, esa es toda la gracia del set. Incluye el rifle de iones, también en sexy plástico traslúcido. Ah sí, y uno de los lados de la caja se encarga de explicarte cómo es que funciona el pecho removible, en caso de que no fuera lo suficientemente obvio.
Super7 anticipa en uno de los flancos de la caja un futuro miembro de la familia TF Super Cyborg. No sé tanto de este pedo de los Transformers, entonces no sé de quién se trate. Igual pronto nos enteraremos. Todos alerta.
Mi intención era únicamente adquirir el Prime, pero al escuchar que uno de los locatarios (gringo, al parecer) le comentó a la misma fulanita que me invitó a formarme que "sólo había 20 pares más", decidí investigar... El par era una reedición con empaque en español de las dos figuras que ven en la foto: He-Man y Skeletor, tal y como Mattel los vendió en nuestro país durante la década de 1980. Tal y como un servidor los tuvo en su momento. Bueno, sólo a He-Man, pues el único calaquita que tuve fue el de la armadura madreable.
De acuerdo con uno de mis compañeros de fila, al parecer Super7 tuvo problemas con sus productos y muchas cajas de estos Amos del Universo estaban dañadas. Por más que revisé los dos ejemplares que me vendieron (al igual que el Prime, a precio oficial), no encontré un daño catastrófico que las hiciera ignorables, si consideramos que pagué 1,200 pesos por las dos. Hasta me pareció poco por unos pedacitos mamados de nostalgia ochentera.
Ya estaba yo muy feliz con mis adquisiciones Super7 cuando una chillona y molesta voz osó vociferar mi nombre: el Lic. Tapetes, erudito de todo lo que tiene que ver con los aburridísimos monos esos de Marvel Legends, aguardaba estoico su turno para entrar al recinto de Hasbro. No van a creer lo que pasó después...
El Señor, al conocer mi dilema, con toda la amabilidad que lo caracteriza, se ofreció a adquirir para mí las dos exclusivas TF que estarían disponibles, y como pueden ver en estas imágenes, acepté. La primera de ellas fue el Bumblebee Vol. 1 Retro Rock Garage (#3,139), una exclusiva de la SDCC 2018 que encontró su camino hasta la Unboxing. Recuérdenme que la siguiente vez que vea al Lic., yo pago los tragos.
Este set forma parte del PINCHE DESMADRE DESASTROSO llamado Studio Series y porta el lugar 19 dentro de la numeración norteamericana. El molde de Bee es un repaint/retool de la figura Deluxe que apareció en la línea The Last Knight. Aquí, el empaque de casete es para colgarse del vibe retro de la película que llega hoy a las salas de cine.
Además del abejorro, el set incluye los moldes en plástico traslúcido de dos cassetticons G1 japoneses que Hasbro no había lanzado en América: Dairu y Uruaz (#3,140 y #3,141), un par de dinosaurios que se unen para formar a un robot todo loco que escucha a Barry Manilow. Este set no era mi prioridad cuando fue anunciado a principios de este año, pero debo confesar que el empaque me ganó. Maldita nostalgia ochentera absurda y tóxica.
Y bueno, la otra exclusiva sí era prioridad...
Optimal Optimus: Rey de los Monos
Mi figura #8,300
Objetivo Opcional: Adquirir el Prime Exclusivo de la SDCC 2018.
No fue directo de la Con de este año, pero llegó desde la Unboxing.
Noveno Objetivo Opcional de 2018, cumplido.
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