Y bueno, pues resulta que el viernes fue Noche Palacio (para nuestros amigos extranjeros, les comento que el Palacio de Hierro es una gran tienda departamental). Red y yo asistimos para ver precios de aparatos de línea blanca y electrónicos. Cabe señalar que nunca había ido yo a estos eventos donde las grandes ofertas, obsequios y promociones abundan (eso sin contar el alcohol gratis y amenidades musicales). Después de toparme con una amiga de la primaria -quien para sorpresa mia, trabaja en imporatante empresa de aparatos de alta tecnología-, salimos con un pequeño juguete nuevo...
¡TA DAAAAAA! ¿La recuerdan? Así es, se trata de la superpantalla que probé para mi trabajo hace un par de meses. Me enamoré perdidamente de ella y desde hace tiempo que le traía ganas. Pero, para comprármerla, primero tenía que vender mi Bravia (cosa que ya hice), y pues aprovechando la super venta nocturna, abusé un poco del oro de los pobres (léase ‘crédito’) y compré la TV que tanto quería, una Philips Ambilight Design Collection 7000 Series Full HD de 47”, 120 Hz de refresh, 2 ms de respuesta, contraste de 30,000 a 1 y otras monerías que la hacen una de las pantallas más chingonas en el mercado. Pero no venía sola. Gracias a la noche Palacio, salimos con otros obsequios:
-La pantalla de 19” Philips que se aprecia en la foto anterior.
-Un horno de microondas.
-Una sandwichera.
Nada mal para un pequeño gasto que pagaré cómodamente durante los próximos 12 meses. Como estaba atascado el lugar y teníamos poco espacio en el auto, optamos por comprarla y recogerla al día siguiente (el sábado). Eso hicimos, y después de una envidiable muestra de condición física, Red y un servidor la subimos hasta nuestra humilde morada para instalarla...
-De nada, Ambilight. Fue un placer-
Todo era felicidad y alegría. Después de realizar los ajustes pertinentes para los mortales (y los techies también), me dispuse a actualizar al firmware más nuevo y así disfrutar al 100% mi nuevo juguete. Note algunos detalles en la imagen (sobre todo en Sky) que no me convencían, y algunos barridos raros al jugar Xbox 360. Me imaginé que era de hacer otra ronda de ajustes cuando de pronto, vi algo perturbador....
Zaz... dos pixeles trabados.
Después de la dósis de encabronamiento y de los remedios caseros PSPeños, Red y yo tomamos una decisión. Regresarla el domingo a primera hora. Ni modo.
Adios Ambilight...
9 de noviembre de 2008
Ji, ji, ji...
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