Llegó el día esperado. Finalmente, después de casi dos meses de esfuerzo y sacrificios, logré eliminar un poco la redondez de mi figura. No fue fácil, durante el camino hubo pecados y desvíos. Creo que al final, a pesar de que la meta inicial cambió, estoy satisfecho con los resultados. Y para no comenzar a justificarme como jugador de futbol después del partido, dejo aquí el último reporte sobre mi volumen. Esta semana, mi peso es de...
¡77.5 kilos!
-1 kg de diferencia respecto al último pesaje. Un total de 10.5 kg menos en siete semanas. Superé la barrera de los 80 kilos, baje un pelico más de los 10 kg y de nuevo estoy en los agujeros naturales del cinturón. La dieta la mandé al demonio desde la semana pasada, e incluso, comencé a festejar desde el sábado comiendo en un excelente lugar:
—Buena comida, buena vista—
—Entradita de jamón serrano con higos—
—Costillas de carnero, especias y un cuadro de papa—
—El mejor Crème brûlée que he probado en este país—
Ahora, se aproximan las fiestas de fin de año y con ellas, las comilonas de última voluntad. Algo extraño que me dejó la dieta en esta ocasión, además de un desagrado total por el chicharrón de cerdo, fue que estoy comiendo mucho menos de lo que acostumbraba. 5 tacos en vez de 8 fue el primer indicador de que ahora quedo satisfecho con menos alimento. Creo que eso no está del todo mal. Mi objetivo es mantenerme alrededor de los 80, y tan pronto como llegue de nuevo a la barrera crítica de los 85 kg, será hora de empezar de nuevo (y casi estoy seguro de que eso sucederá en Enero).
Misión cumplida.
5 de noviembre de 2008
Último miércoles de báscula: Semana 7
Etiquetas:
Comida
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1 comentario:
Muchas felicidades... se ve bueno el lugar, saludos
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