13 de abril de 2008

Razón para tener un blog 2 de 10: Sanctum Rantorum

No es ningún secreto que un blog es una versión techie glorificada de los diarios rositas que las niñas usan durante la pubertad (sólo que en vez de usar un candadito mamón para proteger su integridad, utilizas un password y en lugar de enseñárselo a tus amiguitas en las pijamadas, todo el mundo tiene acceso a él). Le pese a quien le pese, las hojitas con corazones fueron sustituidas por códigos html y ¿todo para qué? Pues para que tengas un espacio para compartir tus inquietudes, gustos y sobre todo, tus quejas....

¡Alabados sean los blogs por los quejumbrosos! (me incluyo). ¿Que sería de nuestras inconformidades sin un medio de comunicación que las sustentara? Simples quejas al aire. Nada trascendente. Un rechinido de dientes en una concurrida plaza pública. Eso y nada más. Por otro lado, un blog es toda una catarsis cuando los oídos de los cercanos son insuficientes para mentarle la madre al (o los) que nos ofenden. El blog servirá entonces como una lápida en donde quedarán inscritas nuestras quejas -desde las más triviales, hasta las que retumban en lo más recóndito de nuestra ira potencial- y le mostrará al mundo lo que somos capaces de hacer cuando nos molestamos. Claro, todo tras la vestimenta valiente de la pluma digital.

Entonces, sin entregarnos a porcentajes, veremos entonces que una parte importante del contenido de un blog no temático o casual, serán quejas y molestias sobre TODO: personas, procedimientos, animales, el clima, personas, Dios, lugares, comida y sobre todo, personas. Como ejercicio para aquellos que tengan una bitacóra cibernética -odio los sinónimos a huevo, pero me ya me cagó escribir “blog” tantas veces- que hagan un recuento de todos los posts que tienen como tema central una queja.

Son bastantes, ¿no?

Y la verdad (la sabemos todos) una queja escrita rara vez tiene algún efecto práctico en la resolución de un problema. Pero creo que en realidad lo hacemos como catarsis y no como pliego petitorio para un balance karmático. Por lo menos a mi, el karma me funciona. Es lento, eso si, pero efectivo. ¿Y qué haces mientras esperas que esta fuerza de balance universal actúe? Pues escribir un post para quejarte de algo, por supuesto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre es bueno tener una válvula de escape... ¡qué felicidad que en lugar de canalizarlo en colitis sea por medio de las palabras! Es de festejar a aquellos que son capaces d darse cuenta de la necesidad de sacar la ira y el enojo a través de procesos creativos