La pregunta en la caja no aplica para mi. La tecnología SÍ hace latir más rápido mi corazón. Siempre lo ha hecho y siempre lo hará. No es una afición, es AUTOEXEC.BAT. No es una herramienta, son Drivers. No es emoción, es Overclocking. No es un estilo de vida, es BIOS.
En ocasiones anteriores he confesado mi eterno amor.ini por todo lo tecnológico. Pero aunque encuentro fascinante ver las conexiones de un Home Theater e imaginarme en segundos las posibilidades o adoro calibrar la imagen de una pantalla LCD para cada tipo de fuente que veré en ella, nada, pero nada se compara a la sensación de abrir una computadora nueva. Supera por mucho a cualquier experiencia tecnológica en mi config.sys.
Ayer, después de casi una semana de perseguir el equipo que quería en tiendas a lo largo y ancho de la ciudad, por fin adquirí el Upgrade necesario. Mi nueva Vaio, con su característico olor tecnosexual vio la luz a las 20:23 11/17/09. Abrirla fue, como ha sido siempre, todo un ritual, en donde cada pieza de cartón, bolsa plástica y etiqueta es retirada con minucioso cuidado. Tenía tres años que no experimentaba esta sensación y recuerdo cada una de las pasadas como si hubiesen ocurrido ayer. Sólo he tenido tres laptops en mi vida —las tres Vaio— y soy un fanático declarado de la línea. Cero problemas durante 6 años ininterrumpidos de uso. La primera, Cerebra, fue una Netbook adelantada a su tiempo, que ahora está en posesión de uno de mis mejores amigos. La segunda, Greymalkin, fue compañera de innumerables batallas y sesiones de trabajo, que ahora será propiedad de Red.
Hoy disfruto del poderío y fortaleza que me brinda el nuevo equipo, al que atinadamente llamaré Teletraan Ω. Tiene todo lo que necesito para mis proyectos futuros y más por si se me ocurre algo en el camino.
belleza.exe
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18 de noviembre de 2009
Hello Beautiful...
9 de septiembre de 2009
Idea Suelta: It’s thinking...
Hoy en la mañana tomé esta foto y recordé lo que hacía un servidor hace 10 años. El miércoles 8 de septiembre de 1999 cursaba yo el séptimo semestre de la carrera universitaria. Tenía que entregar un trabajo medio pesado para el siguiente lunes y todavía me faltaba checar algunos libros. Además, necesitaba presionar a mis compañeras de equipo para acelerar el ritmo para un trabajo multimedia que debíamos realizar. Fue un día bastante ordinario. Al llegar a casa, encendí mi Dreamcast y me puse a jugar Marvel Vs. Capcom. Sí, yo ya tenía DC desde hacía meses. Me ganó la calentura y compré la edición asiática nueva (en caja naranja, sin modem) a un precio más o menos decente con el juego antes mencionado. Para el 9.9.99, ya tenía unos 8 o 9 títulos de Dreamcast —todos ellos japoneses—, pero a pesar de eso, si me entusiasmaba el lanzamiento de la consola en América. Para ese entonces ya sabía que tendría que esperarme a que surgiera una modificación, pues no podría jugar los títulos norteamericanos. Y en realidad, salvo Ready 2 Rumble y NFL 2K, no había otra cosa disponible que valiera la pena que no tuviera ya. Esa noche me la pasé conectado a internet, viendo fotos y noticias en vivo de las filas de entusiastas que esperaban para adquirir su consola en la madrugada del 9. Vi el video en Real Media del fulano que compró un Dreamcast sólo para madrearlo afuera de una tienda. Contesté algunas dudas en Gamefaqs de gente que no sabía que pedo con Sonic Adventure y vi un centenar de veces los anuncios comerciales de Sega que inundaban la TV en Estados Unidos. Tiempo más tarde, modifiqué mi primer DC y luego lo vendí para comprarme una versión norteamericana y así jugar en línea. Y bueno, luego llegó el Boot Disk de Utopia y me hice de un centenar de títulos entre legales e ilegales...
La última consola comercializada por Sega siempre será mi favorita de la marca. Me trae muy buenos recuerdos: las retas con Paquinsh, Eddie, Nets, Bernie y Miguel en Soul Calibur, las carreras contra mi hermano en Speed Devils y Star Wars EIR, las 3 veces que acabé Skies of Arcadia, las 10 veces que terminé RE: Code Veronica, la vez que jugué D2 sin entender una madre de japonés, la primera vez que escuché ‘Shu, shu, shu’ en Space Channel 5, el final de Grandia 2, acabar todos los history branches en Tech Romancer y las palabrotas que inventé al jugar y terminar MDK2. Hace unos meses, cuando me enteré de la inminente salida de Marvel vs Capcom 2 para Xbox Live, desempolvé mi DC y lo traje a mi actual residencia desde el baúl de los recuerdos para reactivar mi pericia en el juego. No se donde quedó el primer Dreamcast que tuve (se lo vendí al dueño de un local de renta de videojuegos de provincia), pero con toda seguridad, se que mi último Dreamcast siempre estará listo para pedirme la hora y la fecha cada vez que se me antoje recordar mi época de jugador universitario. ¡Felices 10 años Dreamcast!
Los dejo con una recopilación de los videos que Sega utilizó para promocionar la consola y, por supuesto, la rola de la semana va muy ad hoc con todo el numerito. El video de ese juego fue el que me hizo ahorrar y comprarme el DC. Así de efectivo fue conmigo.
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29 de julio de 2009
No quiero ir a trabajar...
Asi como Hulk y Spidey tienen a Cable, justo así me siento el día de hoy. Después de tres meses de espera desde su anuncio, el mejor juego de peleas 2D (para un servidor, claro) está ya disponible en Xbox Live: Marvel vs Capcom 2.
Mi Dreamcast y su respectiva versión de MvC2 podrán descansar ahora. Al parecer, el timing y los combos de aquella versión funcionan (casi) perfecto en la de Xbox 360. Todavía necesito habituarme al control y a los bumpers que no pifan del todo. Pero se ve muy bien con los filtros que le pusieron...
Y pues como siempre, espero a los amigos en línea. ¿Recuerdan las madrizas que propinaba en casa o en las máquinas de Level One? ¡¡¡Revivamos los viejos recuerdos en la comodidad de nuestros respectivos hogares!!!
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27 de junio de 2009
Sí, mi favorita es la primera, ¿y qué pedo?
No pensaba sufrir un segundo éxodo onda Die Hard with a Vengeance (leer más aquí), así que decidí comprar la colección completa y dejarme de sesiones busca tesoros en todos los Mixups. Desde la semana pasada, vi que en varias de las mencionadas tiendas, vendían sueltas algunas de las películas de Star Trek. Después de dar el rol por varias de ellas (y Sanborns, Sears y Palacio...) ubiqué todas, menos la I y la V. No sé si era porque volaban de los estantes o porque simplemente no estaban disponibles, pero no pensaba adquirirlas para luego estar cazando las faltantes. Así llegó Star Trek: Original Motion Picture Collection a casa.
Ok, después del sabor de boca “sí, como sea...” que me dejó la más reciente Star Trek, recordé los domingos de verano cuando en mi casa rentaban las películas de Spock y Kirk y mi madre invitaba a su mejor amiga del edificio donde vivíamos. Ella llevaba rosetas de maíz de colores y sabores variados y sus hijas asistían a la matiné. Si no mal recuerdo, vi desde la primera hasta la cuarta (década 1980). De todas, la que mejor impresión dejó en mi fue sin duda Star Trek: The Motion Picture (42 de 50). Hace un par de años pasaron varias de ellas en un Cine Permanencia Voluntaria del 5 y recordé lo mucho que me gustó cuando la vi por primera vez. Para mi, tiene uno de los plot twists más chingones de la historia del cine de ciencia ficción y al no ser fanático de la serie (si vi 10 capítulos en las repeticiones del canal 4, fue mucho), no me molestó (y siendo honestos, tampoco me importó) que los quesque fans la consideran una de las ‘malas’.
Un día de estos me voy a chutar el maratón con Red y decidir si en verdad hay otras mejores que la I (sigo pensando que The Wrath of Khan está sobrevaluada, pero verla con ojos de treintañero podría cambiar la situación). Por lo pronto ya están aquí y eso es lo importante.
Consejo: si la quieren, cómprenla en eBay o su tienda gringa online de confianza, o tal vez en su bazar más cercano. Cada película suelta cuesta en Mixup 300 pesotes (y como comenté, no están todas). Dicen que van a tener la colección pronto, a un precio de... 1,900 pesos. Casi el triple de su costo original. Advertidos están.
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26 de enero de 2009
Belleza que sólo un hombre puede entender
Algunas personas que me conocen saben que lo hago todo el tiempo: mirar detrás de los aparatos electrónicos. Es algo que no puedo evitar. Desde pequeño soy adicto A/V y a muy corta edad, ya conectaba sin problemas desde mi primera consola de videojuegos, hasta el viejo componente JVC que sobrevivió dos décadas en la casa. Encuentro fascinante recorrer todos los puertos, conexiones, entradas y salidas de un aparato A/V. Hay pocas cosas que disfruto tanto como conectar un dispositivo electrónico con el resto del setup para entretenimiento que tenga en el momento. Aquí vemos la adquisición más reciente que se integra a mi morada A/V: un Harman Kardon AVR–247. Es hermoso. Hace poco, cuando mis compañeros del trabajo y yo fantaseábamos al ver fotos en línea de este aparato, una compañera nos preguntó por qué nos emocionaba ver eso. Uno de los hombres le respondió: “esto, para un hombre, es como ver a Scarlett Johansson desnuda”. Tal vez yo no iría tan lejos como para comprometerme con esa comparación, pero es un hecho que es un tipo de belleza que, por lo menos hasta donde se, sólo un hombre puede apreciar.
—Eres brillante...—
Ya era hora de jubilar a mi viejo, pero fiel Sharp HTDD–5000 Dolby Digital 5.1 —que se acerca ya a los 10 años de vida— para descansar y ceder su puesto como cerebro de mi centro de entretenimiento. El HTDD–5000 me acompañó desde mi Dreamcast, pasando por numerosos reproductores DVD, Xbox, GameCube, X360, Wii y el Sony BDP–300. Compartió tiempo con la Sony WEGA del exilio, la JVC de mi habitación, la Tantus de Red, mi primera (y hasta la fecha última) Bravia y por supuesto con mi Philips Ambilight. Lo jubilé el fin de semana, pero sólo a el y el subwoofer, ya que sus altavoces —que son pequeñas joyitas en madera superacústica de 100 watts— son ahora parte de mi nueva configuración 7.1 (incorporé un par de satélites Philips en standby de Red). Una de las razones principales para el upgrade son las nuevas codificaciones de audio en los discos Blu–ray. Pero además del sonido puro y cristalino, el nuevo bebé de la familia tiene la capacidad de escalar cualquier fuente de video análoga a 720p. Ya la probé con Sky y la diferencia si es notable, aunque por el grado de compresión que manejan estos bastardos, la señal no es tan buena como digamos, un canal HD captado por antena aérea. De cualquier modo se ve mejor y próximamente probaré el Wii para ver qué tanta es la mejora. Ahora sólo necesito un subwoofer preamplificado para completar el escenario sonoro y un espejo para contemplar en cualquier momento la majestuosidad de la parte trasera del AVR–247.
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10 de octubre de 2008
ADORO A ESTA MUJER: Kaley Cuoco
Para inaugurar esta nueva sección intermitente en la que haré un breve homenaje a las mujeres que me producen la misma sensación que panqueques, sirope y baconeta en las mañanas (léase, flujo de saliva continuo), la elegida es Kaley Cuoco. Este sujeto la entrevistó en persona el día de ayer y, de no haber sido por la carga inhumana de trabajo que traigo en mi espalda, pude asistir para admirarla en vivo y a todo color. El buen muchacho prometió traerme una foto y cumplió. Algún día la entrevistaré o nos encontraremos en Redondo Beach para convivir sanamente. Por lo pronto, unas foticos de ella y 8 simples razones por las cuales me fascina...
1.- Me encantan sus ojos
2.- Lo mismo con su sonrisa y risa
3.- Tiene el don del 'timing', vital para lo que viene siendo la comedia
4.- Con prácticamente cualquier corte de cabello se ve bien
5.- Ha formado parte de dos de mis oltaimfeivoritsitcomsever: 8 simple rules for dating my teenage daughter y The Big Bang Theory (esta última en mi top 10).
6.- Es buena onda (el pana que tomó la foto lo constató)
7.- Cumple años el día de mi santo (¿?)
8.- Tiene el mejor rostro para el sarcasmo no verbal de la televisión de paga
Ahora la parte gráfica. Enjoy.Y un megagag de TBBT:
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15 de abril de 2008
Idea Suelta: ¿Geek? ¿yo?... tal vez un poco...
En varias. O como Gizmodo lo llamó en su encuesta sobre este artículo: un Voltron (una combinación de varios para formar uno nuevo). Pero obviamente no en una cantidad igual de todos los matices. Veamos que sacos me quedan de aquí:
1. The Fanboy
Disposition: Speaks mostly in lines from The Simpsons, Star Wars.
Beliefs: The Force exists, but midi-chlorians are bullshit. Han shot first.
Turn-Ons: Princess Leia in slave gear.
2. The Music Geek
Disposition: Would be really happy to introduce you to music better than that overexposed crap you like.
Beliefs: What your speaker cables are made of matters.
Turn-Ons: VH1’s Behind the Music (hair metal only).
3.The Gamer
Disposition: High DEX and INT scores.
Turn-Ons: Spawn points. Pac-Man ringtones. Split-screen co-op.
4. The Gadget Guy
Disposition: Sociable while waiting in line on launch day. Seemingly unflappable in the face of early adopter’s remorse (aka Apple Newton Syndrome).
Beliefs: I can fix that. The price will drop in a month, but I need it now.
Turn-Ons: Unboxing videos. Backup batteries. Blue LEDs. Things that make loud clicking sounds.
5. The Hacker
Disposition: Chronically crabby — then again, having such a superior intellect is a heavy burden. Paranoid tendencies.
Beliefs: One shall stand, one shall fall.
6. The Otaku
Lynn Minmay is the most annoying character in the history of anything. It’s not all tentacle porn, OK?
Con estos clichés en mente, podríamos considerar que soy:
Fanboy: 25%
Music Geek: 15%
Gamer: 25%
Gadget Guy: 20%
Hacker: 5%
Otaku: 5%
Los que me conocen no me dejarán mentir. Mas les vale no contradecirme... ¿Quieres saber más?