Continuando con la inercia del sábado, la falta de actividades extramuros me permitieron darme el lujo de disfrutar de una actividad a la que le traía ganas desde hace tiempo ya: disfrutar de mi Edición Especial de la Película Transformers, acompañada de rosetas de maíz, salsa picante y una bebida refrescante. Desde que me la regalaron no la había podido ver como es debido –léase: nivel 70 de volumen en el Home Theater 5.1–. Todo parecía perfecto, hasta que llegó alguien que tenía una agenda personal que consistía en truncar mis planes dominicales...
El responsable:
-Mi gato, Lumiere con su cara de travieso inocente-
Después de décadas de ausencia (exagero), mi gato volvió a casa, después de pasar una temporada vacacional en casa de los padres de mi novia —donde, cabe señalar, era muy feliz—. La onda es que ya se le extrañaba y ayer fue el momento más apropiado para su regreso.
-Lumiere, con su mirada láser desintegradora-
Como ocurrió el día anterior, una derrota vs una victoria. Así es esto. Ya tendré tiempo para ver la peli en otra ocasión, pero nunca tendré tiempo suficiente para jugar con Lumiere... y más le vale al peludo malportado mantenerse alejado de mis Transformers.
7 de abril de 2008
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1 comentario:
Lindo, muy lindo el animal...
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