13 de abril de 2008

Mi semana en unas cuantas líneas

Habrá quien lo notó, habrá quien no, pero para aquellos dudosos y para los que les valió, explicaré el porqué de este hiato de casi una semana en el blog. Tuve lo que podría catalogarse como la peor semana que he tenido en lo que va del año. Ganó por medio cuerpo a las dos semanas que estuve sin celular y por una nariz a la semana en la que se inundó el departamento donde vivo. ¿A qué se debió? Podríamos empezar explicando que todo se debió a la culpa de un número, el 0 (cero).

Como es un poco tarde y deseo rendirle un pronto tributo al post anterior, haré una breve cronología de lo que fue esta semana que está por terminar:

Lunes: Obtengo gratis un par de boletos para ver a Ozzy Osbourne, cortesía de la empresa donde trabajo. El mundo es bello y la vida es buena.

Martes: Mi novia se enferma. Al rastrear el número de guía de un paquete en el que venía lo que se convertiría en el Transformer #57 (en lo que llamaremos de ahora en adelante, “la línea de tiempo perfecta”), me percato de que ya llegó... ¡a un lugar equivocado! Me pongo en contacto con el remitente. Me peleo con Estafeta (la compañía responsable de la mensajería). Me peleo con el remitente. El estado de salud de mi novia empeora. Vuelvo a pelear con Estafeta. Llamo a la casa de mi madre (el destino final perfecto del paquete). Me peleo con el remitente. Salgo del trabajo, 4 horas antes de lo debido. Me peleo con el remitente. Encuentro la raíz del problema:

El paquete llegó al 502 y no al 512, como debió haberlo hecho. (El cero del demonio)

Pido informes sobre mi paquete en el 502, y declaran que ahí no recibieron nada. Me peleo con el remitente. Veo a mi novia (mejor de salud). Vamos al venue del concierto para intentar vender los boletos y recuperar algo de dinero en virtud del que estaba por perder gracias al cero del demonio. Paso vergüenza al tratar de vender los boletos. Hago feliz a una pareja al venderles entradas económicas. Me pierdo Zero the Hero (rola de Black Sabbath que Ozzy toca en sus conciertos (la verdad no sé si la tocó, pero se me hizo jocoso mencionarlo (me encanta abrir paréntesis entre paréntesis))).

Regreso a dialogar con los vecinos “acusados” de recibir mi paquete. Lo niegan. Me peleo con Estafeta. Me peleo con el remitente. Obtengo una carta firmada de los vecinos que declara la no recepción de mi paquete. Mi martes acaba y mi estómago está al borde de una implosión.

Miércoles: Me peleo con el remitente. Paso un mal día en la oficina. Me peleo con Estafeta. Levanto una queja contra el remitente. El remitente pide paciencia. Mi paciencia se encuentra tomando vacaciones de emergencia en Aruba por que no está dispuesta a lidiar con pendejadas que terminen con ella. Levanto una queja contra el remitente para que la institución mediadora que avaló mi compra lo sancione y me devuelva el dinero. El remitente se molesta. Me importa un octavo de carajo el remitente. Quiero mi dinero. 960 pesos m/n. Pierdo la fe en la “supuesta” bondad de los seres humanos. Recibo opiniones constructivas y quejas sobre mi blog. Migraña.

Jueves: Los mediadores en mi caso informan que si habrá sanción para el remitente, pero no recuperaré mi dinero. Me lleva la chingada. Me informan con sutileza que un pequeño dinero que esperaba para retocar mi situación financiera se demorará gracias a un error no detectado a tiempo. La chingada me sube a huevo a su moto y arranca. Estafeta emite un reporte sobre la situación de mi paquete y dictamina que este SÍ fue recibido por los vecinos y por tanto, SÍ se entregó en la dirección correcta, por lo que no habrá reembolso. La chingada acelera. Me habla mi hermano para informarme que me llegó un paquete de Estados Unidos. Le doy un codazo a la chingada y salto de su moto.

Sonrío después de dos días de no hacerlo.

Envío la resolución de Estafeta a los mediadores y al remitente para que se proceda con las sanciones. El remitente acepta su responsabilidad y propone un arreglo. El arreglo consiste en una nueva figura que cubra el valor pagado. Acepto y espero. El mediador da su visto bueno y establece un plazo para que se llegue a una solución.

Mi novia mejora su estado de salud y se nota. Sonrío por segunda ocasión desde la ruptura del presente perfecto.

Viernes: Me doy cuenta de que encabronado soy más eficiente en el trabajo. Recibo solidaridad de mi equipo de trabajo. Bromeo con mi equipo de trabajo. Pongo a trabajar a mi equipo de trabajo. Termina mi semana laboral. Recibo opiniones incongruentes sobre el blog. Llego a casa de mi madre a recoger al nuevo #57. Sonrío de nuevo y la sonrisa permanece.

-#57 que compré en ebay hace dos semanas y había olvidado por completo-

Duermo tranquilo, por primera vez, desde la noche del Lunes.

Sábado: Voy a recoger al #58 que acabo de adquirir. Recibo notificación del remitente que el envío nuevo se hará el Lunes. Intento una vez más cambiar el juego de Xbox para mi pana del trabajo. Fallo de nuevo, pero en esta ocasión, no regreso con las manos vacías. Paso un buen día con la familia. Veo las cosas con filosofía.
-#58 desempacadito y listo para transformar-

Esta fue mi semana. Y como podrán ver, aunque todavía hay cabos sueltos, las cosas al final se compusieron. Descartando el hígado golpeado (y no por el alcohol), la frustración, la pérdida de un TF que esperaba, la ira y el hecho de que no pude ver a Ozzy, la semana terminó con relativamente pocas bajas.

Sí. Esta fue la “breve” cronología, El “director’s cut” es como el triple e incluye más violencia, sangre, y escenas borradas como una en donde casi me madreo con el atarantado padre de una niña en Pericoapa porque el muy pendejo no se fijó por donde caminaba su escuincla.

Trataré de recuperar el ritmo que llevaba con el blog. Pero no prometo nada, esta es la semana del mes en donde mi carga de trabajo aumenta.

Si llegaste hasta esta línea, gracias por tu paciencia. Yo hubiera dejado de leer desde el segundo párrafo.

3 comentarios:

EConde dijo...

No dejes de escribir las primeras semanas sino nunca vas a tomar el hábito del blog. ¡Saludos malandrín!

Anónimo dijo...

Pues parece que para alejar la mala suerte se necesita además de mucha paciencia (que luego se va de viaje) un poco de pensamiento positivp... ¡ánimo, se va a poner mejor!

AENDREL dijo...

econde: tienes toda la razón. La onda está cuando se complican las cosas (como en mi caso). Trataré de ser constante, pero sin imponerme cuotas.

mnka: eso espero. Me lo he ganado.