En la Navidad de 1986, tuve la oportunidad de elegir el obsequio que recibiría en vista de que Santa Claus no tenía la dirección en la cual pasaría las vacaciones invernales. Entonces, en la papelería/juguetería Tony de Córdoba, Veracruz, un servidor y su hermano pasearon entre los pasillos en busca del juguete elegido. En mi caso, la decisión ya estaba tomada: sería Voltron, Defensor del Universo. Ese año, la serie del Voltron de vehículos aparecía en la TV abierta, mientras que en la TV de paga, por las mañanas, el menos famoso Voltron de leones divertía a los niños antes de ir a la escuela.
Curioso, pero durante esa temporada navideña, los comerciales que invadieron la TV fueron aquellos en los que se promocionaba la figura de leones, comercializada por Mattel en mi país. Así, surgió mi interés en ella y pues el 24 de Diciembre fuimos en la tarde por él (para el archivo, mi hermano eligió a Grimlock G1, figura que tiempo después me apropié con los derechos que me otorgaba ser el hermano mayor, gracias).
En ese entonces, era posible tener la figura de Voltron completa de dos maneras. La primera (y más sencilla) era mediante el Gift Set (o Mega Paquete), el cual contenía los cinco leones con sus respectivas armas, además del combo de Espada y Escudo característicos del personaje. La segunda manera consistía en adquirir los leones de manera individual, cada uno con sus respectivas armas, pero, a diferencia de la primera opción, en cada una de las cajas estaba incluido el piloto del león con su llave de poder. La segunda alternativa era un poco más costosa y en mi caso, no era opción, pues por alguna razón, el león rojo estaba agotado en la juguetería.
Así, me llevé el Gift Set y el día de Reyes inmediato, recibí como obsequio el paquete con los cinco pilotos. Entonces, tuve completo a Voltron. Recuerdo que algún día lo lleve completo a la escuela, pues nadie creía que lo tuviera. El recreo de ese día fue todo un acontecimiento, pues armé y desarmé el armatoste por lo menos en cinco ocasiones. Todo dentro del salón, pues estaba prohibido llevar juguetes a la escuela. Voltron fue mi juguete predilecto por meses (y todo un pedo logístico, pues era un desmadre cargar con toda la jauría cada vez que salíamos en fin de semana).
En numerosas ocasiones desde que inicié la colección, tuve interés en adquirir la misma versión que tuve cuando niño. Vi una docena de ediciones diferentes hechas por Matchbox, pero nunca la versión con pilotos, la misma que tuve. A veces, veía un león perdido en algún bazar. Otras, alguna subasta en eBay con la figura incompleta. En Estados Unidos (a diferencia de mi país), la versión de leones (tanto de la figura como de la serie animada) fue más popular que la de vehículos. Voltron en una adaptación de series japonesas sin relación entre si —Beast King GoLion y Armored Fleet Dairugger XV—, y al igual que ocurrió en nuestro continente con Robotech, una compañía compró los derechos para la comercialización. Esa compañía fue World Events Productions (WEP).
La versión original hecha por WEP fue aquella que llegó a mi país. En Estados Unidos, Panosh se encargó de distribuirla. Aquí lo hizo Mattel. Más tarde, WEP vendió los derechos a MatchBox y así surgieron las versiones metálicas que la mayoría de las personas conocen (incluida la más escasa compuesta por los 15 vehículos).
Si iba a tener una versión de Voltron, era imperativo que fuera aquella que tuve en la década de 1980 (si no, ¿qué caso tiene?). Y justo durante las compras del pasado Abril, apareció con su felina majestuosidad, una versión muy bien cuidada del héroe galáctico.
Los cinco leones —Negro, Rojo, Verde, Azul y Amarillo (#995 a #999)— con sus respectivos pilotos —Keith, Lance, Pidge, Allura y Hunk— llegan en compañía de algunos accesorios, entre ellos el Escudo Estelar y la Espada de Arus (a.k.a. Espada de la Justicia, a.k.a. Espada de la Luz).
El Destino, desde hace meses, había señalado que yo tendría mi Voltron. Cuando recibí este paquete en septiembre del año pasado, comenté que en el interior estaba un paquete adicional que no correspondía a las figuras recibidas. Pues bien, ese paquete incluía lo siguiente:
Un kit completo de las armas de la versión original Panosh, listas para ser utilizadas. En ese momento pensé venderlas, pero pronto, algunas de mis figuras ya se habían apropiado de varias de ellas. Al final las conservé y por supuesto que me alegro de haberlo hecho.
Voltron, Defensor del Universo, es otra figura de mi niñez que se incorpora a la colección y llega justo para marcar el fin de esta peculiar centena. Comenzamos con uno de los Combiners más grandes y con el mayor número de integrantes que se han hecho, y seguimos con figuras transformables para armar y alucinar. Después, le dimos paso a Transformers complementarios y a las primeras generaciones Sentai/Power Rangers que aparecieron en América. Finalmente, terminamos con un viaje derecho y sin escalas a la década en la cual los robots transformables surgieron ante los ojos de todos.
Hoy termina un grupo de cien figuras más y la colección luce más completa que nunca. La siguiente figura no sólo es importante por inaugurar una centena bastante significativa. También marca varios hitos dentro de mi colección y representa el cumplimiento de varias metas que poco a poco he completado desde que comencé a coleccionar figuras transformables el 17 de febrero del 2008.
Llegó el momento: es hora de abrir la caja más especial que he abierto hasta el momento...
20 de junio de 2010
Blast From the Past: Voltron
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Voltron
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1 comentario:
Vaya, llegaste. No se me puede ocurrir que figura tendrá el honor de ser la número mil...
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