Todo empezó bien inocente y con las mejores intenciones, en verdad. Resulta que el domingo, tras no levantarnos a tiempo para ir al Ciclotón (más sobre eso adelante), Red y un servidor nos propusimos hacer el súper. El caso es que fuimos a Wal–Mart Universidad a petición mía, para comprar una tarjeta de Microsoft Points para darle un regalo a Red (igual, más info sobre esto después). Fuimos al Sanborns de al lado para buscar la mentada tarjeta. Mientras realizaba mi scouting de rutina en la sección de juguetes de la tienda de los búhos, primero, vi el anuncio de 18 meses sin intereses o 20% de descuento. Consideré que era una buena oportunidad para adquirir algún TF perdido en algún anaquel. De pronto me tope con una sorpresa...
AAAAAHHHHHH!!! Las figuras de la serie animada ya están disponibles!!! Y eso no era todo, también estaban algunos robots Premium de la película —traducción: las mismas figuras, con diferentes armas/pintura/detalles—. Después de contener la respiración fui por Red y cuando pude articular algunos monosílabos, le mostré y pues gustosa (no bromeo) me ofreció su tarjeta para adquirirlos a meses. Nos tranquilizamos, fuimos a comprar la tarjeta de puntos y entramos a Wal–Mart para ver si las tenían disponibles allá. Negativo. Sólo nos encontramos al dúo dinámico de Iván y Celia, mirando con atención los juguetes de The Dark Knight. “Cuando cumples 30, te apresuras a hacer realidad los sueños de tu infancia ante de morir”, fueron las palabras de Iván, quien ya había adquirido algunos batijuguetes. ¿Ven? No fui el único.
Después de hacer las compras de la semana, corrimos de vuelta al Sanborns y pues... digamos que fui un poco débil:
—Megatron Leader Class Movie Premium (#106), Starscream Animated Voyager (#107) y Megatron Animated Leader (#108). ¡A 18 meses! ¿A poco Ustedes los hubieran dejado solitos entre muñecos de Kung Fu Panda y Hulk? Yo no—
La verdad fue un buen trato que no podía dejar pasar. La línea Animated no fue del agrado de muchos —yo ni siquiera he visto un solo capítulo— pero les puedo decir que el Starscream está increíble (es el único que abrí). Ok, volviendo al regalo de Red, les platico que los puntos eran para comprarle el Album Doolitle de Pixies para el Rock Band —ella es superfan—. Cosa curiosa: después del rocking spree también mencionado aquí, me sobraron 20 míseros puntos que no alcanzan para un carajito. Pues bien, el álbum completo cuesta 1520 puntos... 1500 de la tarjeta nueva y los 20 huerfanitos: pura Pixiediversion.
A Red le agradó el obsequio. No jugamos porque justo estábamos muy cansados por los días anteriores. El viernes festejamos el cumpleaños de mi Abue en la tarde y noche, luego el sábado, después de comer, y cito:
—...unas ricas alitas en Hooters Insurgentes...—
...Red y yo asistimos al cumpleaños del buen Adolfo al Freedom Insurgentes, donde platicamos durante poco más de 2 horas sobre su próxima boda y anexas. Uno más que cae ante las redes matrimoniales. Yo digo que está de moda, al rato pasa. Después de ahí, acudimos a nuestro segundo compromiso de la noche (sería el tercero, pero alguien nunca marcó (sí, te estoy viendo a ti)) a casa del buen Huguito, donde cedimos ante la tentación del alcohol y la pizza, en compañía de una concurrencia multinacional y multidisciplinaria.
Y precisamente, aquí ando socializando como siempre (chico tipo muy simpático) con Where is my mind? de Pixies como fondo, justamente....
Acabamos como a las 5 de la mañana del domingo. Esa fue la razón por la que no llegamos al ciclotón. Mi hermano si fue y comenta que estuvo bien. Ya lo decidimos: dentro de un mes, CERO actividades nocturnas el día anterior al Ciclotón.
¿Ven? Todo comenzó (y terminó) de forma inocente y con las mejores intenciones.
30 de junio de 2008
There goes my gun...
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